En la mayor economía de América Latina, la inflación a 12 meses alcanzó el 3,40% a mediados de junio, según mostraron el martes los datos de la agencia de estadísticas IBGE, ligeramente por encima de las expectativas del mercado del 3,36%, pero aún así la más baja desde septiembre de 2020.

La última cifra, que muestra una desaceleración desde el 4,07% de mayo, se produce mientras el banco central local afirmaba que la mayoría de su comité de política monetaria ve posible un recorte de tipos en agosto si continúa el proceso de desinflación en curso.

La postura siguió a la decisión del banco de mantener su tipo de interés de referencia en un máximo de seis años del 13,75% por séptima reunión consecutiva la semana pasada, una medida que molestó a los funcionarios del gobierno que consideran que obstaculiza el crecimiento económico.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que el martes renovó sus críticas al gobernador del banco central, Roberto Campos Neto, dijo que era "irracional" que la institución mantuviera los tipos a ese nivel mientras la inflación a 12 meses se sitúa en torno al 4%.

El índice de precios al consumo IPCA-15 de Brasil, según los datos del IBGE, subió un 0,04% en el mes hasta mediados de junio, por debajo del 0,51% del mes anterior. Se esperaba que el índice cayera un 0,01%, según la mediana de las previsiones de un sondeo de Reuters.

El dato mensual se vio impulsado por un descenso de los costes de alimentación y transporte en el mes, según la agencia, que acabó compensado por un repunte de los precios de la vivienda y los gastos personales.