El acuerdo está diseñado para mejorar la cooperación en ámbitos como las energías renovables, el comercio y la seguridad, al tiempo que se conceden subvenciones, préstamos y otros fondos durante los próximos tres años para apoyar la tambaleante economía egipcia.

Los gobiernos europeos llevan mucho tiempo preocupados por el riesgo de inestabilidad en Egipto, un país de 106 millones de habitantes que ha estado luchando por conseguir divisas y donde la adversidad económica ha empujado a un número cada vez mayor de personas a emigrar en los últimos años.

La inflación ha rozado máximos históricos y muchos egipcios afirman que tienen dificultades para salir adelante. Sin embargo, durante el último mes, la presión financiera sobre el gobierno ha disminuido, ya que Egipto ha alcanzado un acuerdo récord para la inversión emiratí, ha ampliado su programa de préstamos con el FMI y ha devaluado bruscamente su moneda.

Los diplomáticos afirman que la importancia estratégica de Egipto se ha visto subrayada por el conflicto en el vecino Sudán, que ha creado la mayor crisis de desplazados del mundo, y la guerra en Gaza, que limita con la península egipcia del Sinaí.

Egipto ha sido el principal conducto de la ayuda humanitaria internacional enviada a Gaza y, junto con Qatar y Estados Unidos, ha intentado mediar en una tregua entre Israel y Hamás.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, encabezará el domingo una delegación en la que también figuran los primeros ministros italiano y griego y el presidente chipriota.

El ministro de Finanzas egipcio ha declarado que el gobierno ha conseguido un total de 20.000 millones de dólares de ayuda multilateral tras aumentar su préstamo y su programa de reforma económica con el FMI.

De esa cantidad, se espera que la financiación de la Unión Europea ascienda a un total de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares, según declaró el ministro de Finanzas, Mohamed Maait, a Asharq Business.

Las autoridades egipcias afirman que Egipto merece un reconocimiento por acoger a unos nueve millones de residentes extranjeros y cerrar en gran medida la migración irregular desde su costa norte desde 2016.

CRUCES A TRAVÉS DE LIBIA

Pero se ha producido un aumento de egipcios que intentan cruzar a Europa a través de Libia, y la Unión Europea ya está proporcionando financiación destinada a reducir esos flujos.

En los últimos meses, las islas griegas de Creta y Gavdos han registrado un fuerte aumento de las llegadas de inmigrantes -en su mayoría procedentes de Egipto, Bangladesh y Pakistán-, lo que ha aumentado la presión sobre unas autoridades mal equipadas y ha hecho temer la aparición de una nueva ruta de contrabando en el Mediterráneo.

Los activistas han criticado el apoyo occidental al presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, que llegó al poder hace una década tras encabezar el derrocamiento del primer líder elegido democráticamente en Egipto.

Los grupos de derechos humanos afirman que decenas de miles de personas han sido encarceladas en una represión que ha barrido a disidentes de todo el espectro político.

Los partidarios de Sisi afirman que las medidas de seguridad eran necesarias para estabilizar Egipto tras la agitación de la revuelta de la "primavera árabe" de 2011 y allanar el camino para proporcionar derechos sociales como vivienda y empleo.

Las iniciativas de la UE para ofrecer financiación a cambio de frenar la inmigración en otros países, incluido Túnez, se han topado con obstáculos y críticas.

"El anteproyecto es el mismo que el de los defectuosos acuerdos de la UE con Túnez y Mauritania: detener a los migrantes, ignorar los abusos", afirmó Human Rights Watch sobre el plan para mejorar los lazos con Egipto y ofrecer nueva financiación.

El planteamiento "refuerza a los gobernantes autoritarios al tiempo que traiciona a los defensores de los derechos humanos", afirmó el grupo con sede en Estados Unidos en un comunicado.