La libra esterlina cedió el jueves después de que los datos confirmaran que la economía británica entró en recesión en el segundo semestre del año pasado y mientras el dólar hacía gala de una fortaleza generalizada a finales de mes y de trimestre.

La acción en el mercado de divisas ha estado dominada esta semana por la perspectiva de que el Banco de Japón intervenga para comprar el yen, que ha alcanzado su nivel más débil desde 1990 frente al dólar.

La libra esterlina bajó por última vez un 0,2%, pero aún se encaminaba a una subida del 0,2% esta semana frente al dólar, a la espera de los datos clave de la inflación estadounidense del viernes. La libra se mantuvo estable frente al euro, que cotizó a 85,63 peniques.

La libra también cayó frente al yen, retrocediendo un 0,24% hasta los 190,79 yenes, tras haber alcanzado esta semana su máximo frente a la divisa japonesa desde agosto de 2015.

En el frente empresarial, Thames Water, la mayor empresa británica de servicios públicos, se enfrentó a una nueva crisis después de que los accionistas dijeran que no ofrecerían más financiación.

El ministro británico de Finanzas, Jeremy Hunt, afirmó que el Gobierno seguiría vigilando "muy de cerca" a Thames Water y que seguía siendo solvente.

El gobierno dijo el año pasado que estaba preparado para cualquier salida, incluida la propiedad estatal temporal, si fuera necesario, aunque el desarrollo del jueves no tuvo un impacto directo en la libra esterlina.

"No creo que sea una gran noticia. El movimiento que estamos viendo en todos los ámbitos es una fortaleza del dólar bastante generalizada y el cable se está llevando la peor parte", dijo Michael Brown, estratega de Pepperstone. "Está bastante en línea con los demás, así que no me preocuparía demasiado".

En el frente macroeconómico, el producto interior bruto del Reino Unido se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre y un 0,3% en el cuarto, sin cambios respecto a las estimaciones preliminares, según informó la Oficina de Estadísticas Nacionales.

Los mercados ya habían tenido en cuenta una leve recesión a finales del año pasado y las cifras no provocaron una reacción exagerada en la libra, ni tuvieron ningún impacto en las expectativas de política monetaria.

La semana pasada, el Banco de Inglaterra abrió la puerta a la perspectiva de un recorte de los tipos de interés, lo que ha provocado un repunte de la deuda pública británica, pero ha minado la libra esterlina.

Los gilts a dos años, los más sensibles a los cambios en las expectativas de tipos, han caído 25 puntos básicos en marzo, encaminándose a su primera caída mensual desde noviembre.

Los mercados de futuros muestran que los operadores ven aproximadamente un 20% de posibilidades de que el Banco de Inglaterra recorte los tipos en su próxima reunión de mayo, aunque la reunión de junio sigue siendo el punto más probable, con un 55% de posibilidades.