El mayor grupo de presión empresarial de Japón, Keidanren, y los sindicatos iniciaron el miércoles las conversaciones laborales anuales que pueden allanar el camino para que el banco central abandone su política monetaria superlaxa de una década de duración.

Las conversaciones se producen un día después de que el Banco de Japón (BOJ) diera un giro a su política monetaria aunque mantuviera su configuración monetaria acomodaticia, y los mercados apuestan cada vez más por un giro hacia la normalización de los tipos en marzo o abril.

Se espera que las grandes empresas japonesas ofrezcan a sus sindicatos subidas salariales del 3,85% de media este año, el mayor aumento salarial de los últimos 31 años, según una encuesta realizada entre 37 economistas del 25 de diciembre al 9 de enero por el Centro Japonés de Investigación Económica, un think tank privado.

La estimación del 3,85% supera el máximo de tres décadas del año pasado del 3,6%, la mayor subida desde el estallido de la burbuja de activos de Japón a principios de la década de 1990. Un acuerdo para una subida del 3,85% marcaría el crecimiento más rápido de la remuneración anual desde 1993, cuando los salarios crecieron un 3,89%.

"Este año, nuestro objetivo es que las subidas salariales superen a la inflación con el fin de lograr subidas salariales estructurales", dijo el jefe de Keidanren, Masakazu Tokura, en un mensaje de vídeo, subrayando la importancia de mejorar la productividad laboral mediante subidas salariales sostenibles.

Tokura se abstuvo de especificar los niveles objetivo de las subidas salariales.

Desde el año pasado, varias grandes empresas ya habían anunciado su intención de llevar a cabo grandes subidas salariales, aunque las pequeñas empresas con dificultades se han quedado rezagadas.

Las pequeñas empresas, que emplean a siete de cada 10 trabajadores, tienen la clave de las conversaciones sobre subidas salariales y su capacidad para repercutir los costes a sus clientes más grandes determinaría si son capaces de subirse al carro de las subidas salariales.

SALARIO BASE

En términos del impacto sobre la consecución por parte de Japón de una inflación sostenible, un criterio clave establecido por el Banco de Japón para abandonar su política fácil, las subidas de los salarios base importan más que la subida anual automática basada en la antigüedad e incorporada a la escala salarial, afirman los analistas.

Unas subidas de los salarios base del 3% bastarían para alcanzar el objetivo de inflación del 2% fijado por el BOJ, afirman. Por el momento, sin embargo, las subidas de los salarios base se sitúan por debajo de ese nivel.

De las subidas globales del 3,85% previstas por los analistas para 2024, las subidas de los salarios base suponen el 2,15%, mientras que la subida salarial anual automática basada en la antigüedad es del 1,7%, según la encuesta de los analistas.

El aumento de los salarios base se traduce en un incremento de los costes laborales fijos, que gravan a las empresas con mayores costes de las cuotas de jubilación y los pagos de pensiones.

Es una razón clave por la que muchas empresas japonesas rehuyeron las subidas de los salarios base durante años, cuando la economía se estancó a principios de la década de 2000. (Reportaje de Tetsushi Kajimoto Edición de Shri Navaratnam)