El ritmo y la escala de las subidas de los tipos de interés en las principales economías desarrolladas y emergentes se ralentizaron en julio, con los responsables políticos adoptando un enfoque más cauto ante la variabilidad de las tasas de inflación y el deslucido contexto de crecimiento mundial.

Tres de los seis bancos centrales que supervisan las 10 divisas más negociadas y que se reunieron en julio subieron los tipos, mientras que los otros tres mantuvieron sus referencias sin cambios, según mostraron los datos de Reuters. Esta cifra contrasta con las siete subidas registradas en las nueve reuniones de junio.

En julio, la Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Canadá y el Banco Central Europeo elevaron sus tipos de referencia en un total acumulado de 75 puntos básicos, lo que eleva la cuenta del año 2023 hasta la fecha de los bancos centrales del G10 a un total de 1.025 puntos básicos a través de 31 subidas.

Al no estar previstas reuniones de fijación de tipos para muchos de los principales bancos, como la Fed y el BCE, agosto parece que será un mes tranquilo, aunque la trayectoria de los movimientos más allá era incierta.

"La Fed y el BCE dejaron la puerta abierta a un endurecimiento adicional, pero una subida de la Fed en una economía estadounidense todavía muy robusta es mucho más probable que una del BCE en una zona euro enferma", afirmó Christian Keller, jefe de investigación económica de Barclays.

En las economías en desarrollo, surgieron más pruebas de un giro en el ciclo al convertirse Chile en julio en el primer banco central importante de América Latina en recortar los tipos de interés en 100 puntos básicos, siguiendo los pasos de sus homólogos más pequeños, Costa Rica y Uruguay, que habían bajado los tipos de referencia en los últimos meses.

"Chile anunció un recorte de tipos mayor de lo esperado y es el primer mercado emergente que se sube al carro de la relajación en el ciclo actual", afirmó Charu Chanana, estratega de mercados de Saxo.

"La medida podría ser un catalizador para poner en marcha un ciclo de flexibilización más amplio en los mercados emergentes, ya que se subieron pronto a los ciclos de ajuste y controlaron la inflación".

Doce de los 18 bancos centrales de la muestra de Reuters de economías en desarrollo celebraron reuniones para fijar los tipos de interés en julio. Sin embargo, nueve bancos centrales optaron por mantener la política sin cambios, y las subidas de tipos procedieron de Turquía y Rusia, dos países cuyos círculos de política monetaria están determinados por la dinámica interna más que por las tendencias mundiales.

Enfrentado a un rublo débil que alimentaba las presiones inflacionistas, el banco central de Rusia subió su tipo de interés de referencia en 100 puntos básicos más de lo esperado, hasta el 8,5% en julio, mientras que los responsables políticos de Turquía elevaron el tipo de referencia en 250 puntos básicos, hasta el 17,5%, en su intento de encauzar la economía por una vía más ortodoxa.

El recuento del año hasta la fecha para los mercados emergentes se sitúa en 1.725 puntos básicos de endurecimiento a través de 24 subidas y - más de la mitad del año - muy por debajo del ritmo y la escala observados en 2022, donde los bancos centrales de las economías en desarrollo aplicaron 7.425 puntos básicos a través de 92 subidas.

Por el lado de los recortes de tipos, los bancos centrales de los mercados emergentes han experimentado tres recortes reduciendo los tipos de interés en 160 pb en total.