La segunda mayor cervecera del mundo dijo que el acuerdo había recibido todas las aprobaciones necesarias y que probablemente le dejaría unas pérdidas excepcionales de 300 millones de euros (324,8 millones de dólares).
Heineken anunció su intención de salir de Rusia en marzo de 2022, tras la invasión rusa de Ucrania, reconociendo que el proceso había llevado más tiempo del esperado.
"Los recientes acontecimientos demuestran los importantes retos a los que se enfrentan las grandes empresas manufactureras para salir de Rusia", declaró en un comunicado el director ejecutivo, Dolf van den Brink.
Muchas empresas multinacionales acudieron en masa a abandonar Rusia después de que Occidente impusiera sanciones sin precedentes a Moscú, pero el Kremlin ha tomado represalias confiscando algunos activos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó un decreto en julio para hacerse con el control de la filial rusa del fabricante francés de yogures Danone, junto con la participación de la empresa cervecera Carlsberg en una cervecera local.
Anheuser-Busch InBev también ha dicho que planea abandonar su empresa conjunta en Rusia con la turca Efes.
Heineken tenía siete fábricas de cerveza en Rusia y 1.800 empleados, que recibirán garantías de empleo durante los próximos tres años.
La cervecera holandesa retiró su marca Heineken de Rusia el año pasado y la producción de Amstel se eliminará progresivamente en un plazo de seis meses.
Heineken dijo que el acuerdo, sin opción de recompra, incluía una licencia de tres años para algunas marcas regionales más pequeñas, por las que Heineken no proporcionaría apoyo a la marca ni recibiría ingresos.
Arnest Group posee un importante negocio de envasado de latas y es el mayor fabricante ruso de aerosoles, además de vender cosméticos y artículos para el hogar.
Heineken dijo que la transacción tendrá un impacto insignificante en sus perspectivas para todo el año. (1 dólar = 0,9237 euros) (Reportaje de Philip Blenkinsop. Edición de Jane Merriman)
