Durante su visita a Pekín el año pasado, Macron recibió una recepción inusualmente lujosa, considerada por los analistas como una señal de la ofensiva de China con naciones clave del bloque europeo para contrarrestar a Estados Unidos. Pero desde entonces, los lazos se han visto ensombrecidos por cuestiones comerciales. París ha respaldado una investigación antisubvenciones de la Comisión Europea sobre las importaciones chinas de vehículos eléctricos, cuyo dominio del mercado de la UE amenaza a las empresas europeas. El pasado diciembre, Francia también introdujo subvenciones al consumo para los vehículos eléctricos fabricados en Europa.

En respuesta, China inició en enero una investigación antidumping sobre el coñac, una medida que se considera dirigida contra Francia, que representa el 99,8% de todas las exportaciones de brandy de la UE, según datos de las aduanas chinas. "Habrá un mensaje firme sobre el comercio", declaró a Reuters una fuente diplomática francesa bajo condición de anonimato. "No sabremos realmente de qué estará hecho el futuro después de las elecciones estadounidenses de noviembre, así que tenemos que avanzar en los temas prioritarios". El Elíseo y el Ministerio de Asuntos Exteriores chino guardaron silencio.

Geopolítica

La fuente diplomática subrayó la importancia de preservar la capacidad de diálogo al más alto nivel, y añadió que era necesario enviar mensajes "firmes" sobre la posición de China respecto a Ucrania, el estrecho de Taiwán y el mar de China Meridional. En el último año, funcionarios franceses han intentado influir en Pekín para que presione a Rusia por su guerra en Ucrania y reduzca su apoyo al presidente Vladimir Putin.

Estos esfuerzos, liderados por el asesor diplomático de Macron, Emmanuel Bonne, no han dado resultado hasta ahora, pero París cree que tiene un papel que desempeñar como potencia de equilibrio en el conflicto. El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, se reunió con Macron y Bonne en París el mes pasado.

Ofensiva de seducción

En un mensaje de vídeo emitido en enero para conmemorar el 60º aniversario de las relaciones diplomáticas entre París y Pekín, el Sr. Xi dijo que esperaba que los dos países fueran capaces de "responder a las incertidumbres del mundo gracias a la estabilidad de las relaciones entre China y Francia" y señaló las industrias ecológicas y la energía limpia como áreas potenciales de cooperación. Los medios de comunicación estatales chinos han promovido intensamente los intercambios culturales franco-chinos este año.

El pasado noviembre, Pekín concedió una exención de visado de 15 días a los turistas de las cinco mayores economías de la Unión Europea, incluida Francia, una política que desde entonces se ha extendido a otros países europeos en un intento de atraer turismo extranjero tras la pandemia.