El biometano, una alternativa con menos emisiones de carbono al gas natural de origen fósil, se produce a partir de la descomposición de residuos orgánicos y se considera un puntal clave en los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono en la Unión Europea.

Se necesitan unos 80.000 millones de euros de inversión para multiplicar por diez la producción de biogás y biometano en la UE y alcanzar un objetivo de 370 teravatios hora al año (TWh) en 2030, acelerando la descarbonización y aumentando la seguridad energética.

Verdalia Bioenergía invertirá tanto en proyectos de desarrollo de biometano en fase inicial como en activos existentes con el objetivo de contribuir a la agenda europea de descarbonización y seguridad energética, según informó el lunes la gestora de activos.

Ya ha firmado un acuerdo para adquirir una cartera de proyectos de biometano con una capacidad total de unos 150 gigavatios hora al año (GWh/año) en fase media de desarrollo en España.

"Creemos que el biometano es hoy uno de los segmentos más atractivos de la transición energética para los inversores en infraestructuras", declaró Matteo Botto Poala, director general del negocio de infraestructuras de GSAM.

El biometano puede utilizarse del mismo modo que el gas natural y suministrarse utilizando la misma infraestructura, pero sin el mismo nivel elevado de emisiones perjudiciales para el clima.

La producción de biogás y biometano ya ha creado 210.000 empleos verdes en Europa y ahorra 60 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año, según la Asociación Europea del Biogás.

(1 dólar = 0,9295 euros)