Madagascar espera celebrar sus terceras elecciones pacíficas desde la agitación de 2009, cuando Rajoelina derrocó al presidente Marc Ravalomanana en un golpe de Estado, provocando un éxodo de inversores extranjeros de la isla del océano Índico.

Cediendo a la presión diplomática internacional, Rajoelina abandonó el poder en 2013, pero fue reelegido para la presidencia en 2019 tras obtener el 66% de los votos en una segunda vuelta contra Ravalomanana.

"Aquí volveremos a hacer historia. Aquí marcaremos un nuevo comienzo. Avanzamos y no retrocederemos", dijo Rajoelina en un discurso ante unos 7.000 simpatizantes en el Palacio de la Cultura y el Deporte de la capital.

"Su presidente está listo para presentarse y está listo para ganar", dijo, sobre su campaña para las elecciones del 8 de noviembre.

Los partidos de la oposición afirman que se debería impedir a Rajoelina presentarse porque ha adquirido la doble nacionalidad francesa, lo que, según ellos, revoca automáticamente su nacionalidad malgache.

Citando un decreto del gobierno francés firmado en 2014 por el entonces primer ministro Manuel Valls, Le Monde informó en junio de que Rajoelina, su esposa y sus tres hijos se habían naturalizado franceses.

Rajoelina afirma que la Constitución no exige que el jefe del Estado posea exclusivamente la nacionalidad malgache, y que cualquier pérdida de nacionalidad está sujeta a una autorización firmada por el gobierno.

A pesar de sus reservas de níquel, cobalto, oro, uranio y otros minerales, Madagascar es uno de los países más pobres del mundo y también se enfrenta a algunos de los impactos más agudos del cambio climático.

Hery Rajaonarimampianina, que dirigió el país de 2014 a 2018, y Ravalomanana se encuentran entre los más de 20 candidatos que han presentado su documentación para concurrir a las elecciones de noviembre.

El mandato presidencial de Madagascar es de cinco años, renovable una vez.