"Lo único más difícil de encontrar en Berlín que un apartamento es un programador", afirma Avitosh Sawhney, de 36 años, que trasladó su startup tecnológica Ynertia a la capital alemana desde París en 2020, pero descubrió que no ofrecía la abundancia de espacio, financiación y trabajadores que antaño habían hecho tan atractiva a la ciudad.

El Gobierno ha tomado nota y está elaborando una legislación para garantizar que el país y su capital sigan siendo atractivos para los emprendedores que ayuden a impulsar la economía de la potencia industrial de Europa.

Pero las propuestas del ministro de Finanzas, Christian Lindner, que incluyen desgravaciones fiscales para los accionistas en un intento de atraer a más empresas de nueva creación, se enfrentan a los vientos en contra de los miembros de la coalición gobernante. Los Verdes dicen que los planes ayudan a los ricos a expensas de los menos pudientes.

La legisladora de Los Verdes Katharina Beck declaró a Reuters que Lindner "no puede pedir a los demás que ahorren y luego proponer él mismo millonarios recortes fiscales si quiere elaborar un presupuesto serio para una Alemania sostenible".

La capital alemana despegó como centro neurálgico para las startups tras la caída del Muro de Berlín en 1989, cuando ofrecía mucho espacio barato para vivir y para oficinas, así como una bulliciosa escena social que daba la bienvenida a los recién llegados.

Berlín sigue teniendo sus atractivos. Una encuesta realizada por Startup Heatmap Europe entre aspirantes a emprendedores reveló que el 37% deseaba crear una empresa en Berlín, lo que le otorgó el primer puesto en popularidad, aunque Londres sigue ocupando el primer puesto en la clasificación general si se tienen en cuenta todos los factores, desde la financiación hasta la disponibilidad de talentos.

Londres generó 2.000 millones de dólares en financiación de capital riesgo en el primer trimestre de 2023, frente a los 800 millones de Berlín, según mostró un análisis de DEEP Ecosystems de los datos de Dealroom.

TIEMPOS MÁS DIFÍCILES

En 2022 se fundaron 501 startups en Berlín, una quinta parte del total de Alemania.

Pero la ciudad es ahora un lugar más duro para quienes intentan poner en marcha un nuevo negocio. Los alquileres de habitaciones subieron el año pasado más rápido que en cualquier otra ciudad europea, alcanzando los 800 euros (880 dólares) en el primer trimestre de 2023, frente a los 600 euros del año anterior, según mostraron los datos de Housing Anywhere.

El precio medio de un apartamento de un dormitorio es ahora de 1.700 euros, sólo 11 euros por debajo de París.

Los alquileres más altos ahuyentan a los trabajadores y elevan los costes salariales de las nuevas empresas, en un país que ya se enfrenta a una aguda escasez de mano de obra.

"Hoy en día, en Berlín, el alquiler de oficinas y los costes salariales suponen una gran carga financiera para las empresas, lo que dificulta que sigan desarrollando su tecnología", afirma Maximilian Tayenthal, cofundador de N26, un banco digital que despegó en Berlín hace una década.

Una encuesta de Manpower mostró que el 86% de las empresas alemanas informaron de problemas para cubrir vacantes, el porcentaje más alto entre los países europeos y por encima de la media del 77%. Alrededor de una quinta parte de las vacantes en las startups estaban libres y más de la mitad tenían problemas para cubrir puestos, según la Asociación Alemana de Startups.

Los bancos alemanes, al igual que otras instituciones europeas, se han vuelto más cautelosos en lo que el Banco Central Europeo ha descrito como el endurecimiento neto del crédito más rápido desde 2011. En Alemania, ha ido acompañada de la mayor contracción de la financiación de capital riesgo en Europa en los últimos 12 meses, con un descenso del 42%.

CONTRACCIÓN DE LA FINANCIACIÓN

"Hay una nueva cautela y moderación por parte de los inversores de capital riesgo, incluso si sus fondos actuales siguen estando fundamentalmente bien nutridos", dijo el director gerente de la Asociación Alemana de Startups, Christoph Stresing.

La escasez de financiación está afectando al impulso de Alemania para fomentar el crecimiento de nuevas empresas de energías renovables, dado que las startups manufactureras requieren especialmente mucho capital.

"Cuando escalas muy rápido, te encuentras rápidamente en una situación en la que la próxima instalación de tecnología climática que quieres construir tiene un valor superior al de tu propia empresa", dijo Tobias Lechtenfeld, portavoz de la Alianza Tech for Net Zero, una red de startups de tecnología climática e inversores.

El gobierno del canciller Olaf Scholz pretende ofrecer incentivos para mejorar el acceso al crédito y al talento con la Ley sobre el Futuro de la Financiación. Incluirá propuestas para simplificar los requisitos de cotización y post cotización para las startups y para digitalizar los mercados de capitales. También quiere aumentar la desgravación fiscal por participación accionarial de los empleados a 5.000 euros desde 1.440 euros.

Según una encuesta de Bitkom, las startups acogen con especial satisfacción la medida de la participación accionarial, ya que les ayudaría a atraer talento cuando no pueden ofrecer salarios elevados.

Los puntos clave de la nueva legislación fueron presentados en abril por los ministerios de Finanzas y Justicia, ambos dirigidos por el pro-mercado Partido Democrático Libre (FDP). Otros ministerios dirigidos por otros partidos de la coalición los están debatiendo con el objetivo de tener listo un primer borrador en verano y aplicar la ley en 2024.

(1 dólar = 0,9084 euros)