La agencia considera que el potencial de crecimiento de Alemania es del 1,0% a medio plazo, frente al 1,5% del conjunto de la zona euro, ya que los costes acumulados relacionados con la pandemia del COVID-19, la guerra de Ucrania y la crisis energética pesan sobre las finanzas públicas.

Para finales de 2024, se prevé que la economía alemana crezca en torno a un 1,2% más que a finales de 2019, antes del azote de la pandemia, frente al 5,7% de la zona euro, según la agencia.

"La lentitud de las perspectivas de crecimiento a largo plazo contrasta con la probabilidad de que la mayor economía de Europa experimente una leve recesión en el peor de los casos en 2023, un resultado mejor de lo que esperaba la mayoría hace unos meses", declaró Julian Zimmermann, analista principal de Scope.

La agencia de calificación, con sede en Berlín y centrada en Europa, afirmó que Alemania se enfrenta a retos estructurales para su economía, como la disminución del número de personas en edad de trabajar, que se calcula que se reducirá en torno a un 0,8% anual entre 2023 y 2030, y la "persistente falta de inversión unida a la lenta ejecución de proyectos", incluso cuando el país se esfuerza por hacer la transición hacia una economía más digital y ecológica.

"Estos retos constituyen el telón de fondo de los débiles resultados económicos actuales de Alemania", afirmó Zimmermann, añadiendo que Scope prevé una contracción del 0,2% para la economía alemana este año.

La coalición de gobierno del canciller alemán Olaf Scholz ha anunciado planes para reformar las leyes de inmigración con el fin de atraer a más trabajadores cualificados, y también ha prometido legislación para reducir la burocracia en materia de planificación, investigación y desarrollo.

El gobierno dijo el mes pasado que esperaba un crecimiento del 0,2% este año.