El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, mantuvo el miércoles una llamada con el ministro de Asuntos Exteriores filipino, Enrique Manalo, para discutir las acciones de China en el mar de China Meridional, que Manila y Washington han calificado de escalada.

POR QUÉ ES IMPORTANTE

Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos han condenado las acciones de China, que se produjeron cuando entraron en vigor el 15 de junio las nuevas normas de la guardia costera de Pekín que le permiten detener a los intrusos sin juicio previo.

China reclama casi todo el Mar de China Meridional, que incluye el banco de arena Second Thomas Shoal, donde Filipinas mantiene varado en 1999 un buque de guerra, el Sierra Madre, con una pequeña tripulación, para reforzar sus reclamaciones de soberanía.

Las relaciones entre Manila y Pekín se han agriado bajo la presidencia filipina de Ferdinand Marcos Jr, y Manila ha vuelto a pivotar hacia Estados Unidos, que apoya a la nación del sudeste asiático en sus disputas marítimas con China.

Los propios lazos de Washington con Pekín han sido tensos durante años por cuestiones como Taiwán, los aranceles comerciales, los orígenes de la pandemia del COVID-19, la guerra de Ucrania, las disputas tecnológicas y la propiedad intelectual, entre otras.

CITAS CLAVE

La discusión de Blinken y Manalo "siguió a las acciones peligrosas e irresponsables (de China) de negar a Filipinas la ejecución de una operación marítima legal en el Mar de China Meridional el 17 de junio", dijo el Departamento de Estado en un comunicado tras la llamada.

Blinken subrayó que las acciones de China "socavan la paz y la estabilidad regionales y subrayó los férreos compromisos de Estados Unidos con Filipinas en virtud de nuestro Tratado de Defensa Mutua", dijo el Departamento de Estado.

CONTEXTO

Un marinero filipino sufrió heridas graves tras lo que sus militares describieron como una "embestida intencionada a gran velocidad" por parte de la Guardia Costera china, con el objetivo de interrumpir una misión rutinaria de reabastecimiento el 17 de junio. El ejército filipino dijo también que el incidente causó daños a los buques de Manila.

La Guardia Costera china lo rebatió, afirmando que el buque de Manila se acercó deliberada y peligrosamente a un barco chino de forma poco profesional, lo que le obligó a tomar medidas de control, incluidas "inspecciones de abordaje y desalojos forzosos".