Marchando cogidos del brazo por el centro de Niamey, la multitud ondeaba banderas nigerinas en una manifestación que recordaba las protestas antifrancesas que impulsaron la retirada de las fuerzas francesas de Níger el año pasado, después de que el ejército tomara el poder en un golpe de estado.

Un cartel escrito a mano en inglés rezaba "EE.UU. fuera de Níger", en una muestra de apoyo a la junta y a su decisión a mediados de marzo de revocar un acuerdo que había permitido a unos 1.000 militares estadounidenses operar en su territorio desde dos bases.

"Estamos aquí para decir no a la base estadounidense, no queremos estadounidenses en nuestro suelo", declaró la manifestante Maria Saley al margen de la marcha.

Hasta el golpe, Níger había seguido siendo un socio clave en materia de seguridad de Francia y Estados Unidos, que lo utilizaban como base en el marco de los esfuerzos internacionales para frenar una insurgencia islamista de una década en la región del Sahel en África Occidental.

Pero las nuevas autoridades de Níger se han unido a las juntas de los vecinos Malí y Burkina Faso para poner fin a los acuerdos militares con sus otrora aliados occidentales, abandonar el bloque político y económico regional CEDEAO y fomentar lazos más estrechos con Rusia.

La llegada el miércoles de instructores y equipos militares rusos fue una prueba más de la apertura de la junta a una cooperación más estrecha con Moscú, que pretende aumentar su influencia en África.

En la protesta podían verse algunas banderas rusas, pero algunos ciudadanos declararon el viernes a Reuters que no querían que la bienvenida ayuda rusa en materia de defensa se tradujera en una presencia permanente en Níger.

"No debemos ver posteriormente la implantación de bases militares extranjeras rusas", declaró Abdoulaye Seydou, coordinador de la coalición M62 de grupos de la sociedad civil que encabezó las protestas antifrancesas el año pasado.

El estudiante Souleymane Ousmane se hizo eco de sus preocupaciones: "Así es como los franceses y los estadounidenses y todos los demás países se instalaron en Níger: a partir de la cooperación militar, acabaron ocupando grandes partes de nuestro país".

No está claro, sin embargo, si las tropas estadounidenses se irán o cuándo lo harán.

En marzo, el principal general estadounidense pareció sugerir que existía al menos cierto apoyo dentro de la junta de Níger para que continuara la presencia militar estadounidense a pesar de su anunciada revocación del acuerdo.

Uno de los programas estadounidenses en Níger es una base de aviones no tripulados conocida como Base Aérea 201, que costó más de 100 millones de dólares.

La violencia en el Sahel central alcanzó su punto álgido en 2023, con un aumento del 38% de las víctimas mortales en los conflictos de la región en comparación con el año anterior, según el grupo estadounidense de seguimiento de crisis ACLED, que cita informes de más de 8.000 personas muertas sólo en Burkina Faso el año pasado.