Sin embargo, un año después, afirma que ha sucedido lo contrario: su empresa LDLC de venta de tecnología de consumo ha aumentado su volumen de negocio anual en un 40% sin contratar personal adicional.

El secreto, dice, es que las aproximadamente 1.000 personas que emplea su empresa se sienten en confianza y apreciadas, y por ello son más productivas.

"A fin de cuentas, sólo ha traído cosas buenas para el equipo", dijo de la Clergerie, de 51 años.

Mientras el mundo sale de una pandemia que llevó a muchas personas a reevaluar su equilibrio entre vida y trabajo, empresas y trabajadores de todo el mundo se preguntan si, como la empresa de de la Clergerie, podrían trabajar menos.

Microsoft dio a sus 2.300 empleados con sede en Japón los viernes libres en 2019, y dijo que vio aumentar la productividad en un 40%. El grupo de consumo Unilever lanzó una prueba de una semana de cuatro días para el personal local en Nueva Zelanda. La empresa española de telecomunicaciones Telefónica ha probado una semana de cuatro días para el 10% de su plantilla nacional.

Johann Peters, que trabaja en una de las tiendas de LDLC cerca de su sede en un suburbio de Lyon, en el sureste de Francia, aprovecha el día libre extra para ir al supermercado a recoger su compra semanal. Después lleva a su hija, Melissa, de 9 años, a su entrenamiento de tenis.

"Llegas al trabajo después de tu día libre mucho más descansado, y más eficiente operativamente", dijo.

De la Clergerie dijo que antes de embarcarse en el cambio, calculó que incluso en el peor de los casos, añadiría a los costes laborales como máximo 1,5 millones de euros al año. Dijo que le parecía un riesgo manejable.

Desde entonces, dijo que el absentismo y las bajas por enfermedad habían bajado, y que la empresa no había tenido que contratar a nuevas personas para compensar la reducción de horas trabajadas.

Aunque la semana de cuatro días no fue el único factor implicado, de la Clergerie dijo que había contribuido a un salto en la facturación de unos 500 millones de euros antes del cambio, a cerca de 700 millones de euros (769,86 millones de dólares) desde entonces.

Celine Henniaux, una mujer de 36 años que trabaja en uno de los centros de distribución de la firma, dijo que no tenía ningún deseo de volver a las andadas.

"No, no", dijo. "Le hemos cogido el gusto a tener un día libre durante la semana".

(1 dólar = 0,9093 euros)

(La historia corrige el nombre de la empresa a LDLC, no LDCL).