Del Vecchio pasó de una infancia en un orfanato a amasar una fortuna de decenas de miles de millones de euros en una de las historias más famosas de "de pobre a rico" de la recuperación económica italiana de posguerra.

A finales de 2021, era el segundo hombre más rico de Italia, sólo por detrás de Giovanni Ferrero, del grupo fabricante de Nutella, según Forbes.

Como es habitual en Italia, Del Vecchio, presidente del fabricante de gafas EssilorLuxottica, no se retiró tranquilamente y, si acaso, intensificó sus actividades empresariales cuando rondaba los 80 años.

En 2018, selló un importante acuerdo de fusión para combinar la empresa Luxottica que había fundado en 1961 con la francesa Essilor.

Además, su holding Delfin es el mayor accionista del grupo italiano de servicios financieros Mediobanca y también tiene una participación considerable en la aseguradora Generali, lo que le sitúa en el centro de las intrigas de los consejos de administración del país.

Del Vecchio nació en la pobreza. Su padre, que vendía fruta y verdura, murió cuando él era pequeño, y su madre lo entregó a un orfanato milanés cuando tenía siete años porque no podía permitirse criarlo.

Aprendió metalistería en un taller de herramientas antes de montar un negocio de suministro de componentes para gafas en Agordo, un pueblo de las estribaciones de los Dolomitas, en el noreste de Italia, donde se ofrecían terrenos a las nuevas empresas.

MODA Y NEGOCIOS

Tras unos comienzos difíciles en los que estuvo a punto de quebrar, la empresa empezó a fabricar sus propias gafas una década más tarde y se expandió rápidamente en la década de 1980, cuando Del Vecchio vio el valor de fabricar gafas como accesorio de moda y no como necesidad.

Llegó a acuerdos de licencia con Giorgio Armani en 1988 y pasó a trabajar con otras marcas de lujo como Bulgari, Chanel, Prada y Valentino.

Las adquisiciones también formaron parte de la estrategia de Del Vecchio.

En 1999, la empresa compró la famosa marca Ray-Ban y pasó a adquirir la californiana Oakley, así como cadenas minoristas en Norteamérica y Australia.

GESTOR PRÁCTICO

Como muchos empresarios italianos que envejecen, los críticos afirman que Del Vecchio luchó por desvincularse de su creación, no cediendo el control ni designando un heredero.

Tiene seis hijos de tres relaciones y volvió a casarse con su segunda esposa en 2010.

Durante una década aflojó el control de su empresa, cediendo las riendas a Andrea Guerra, mientras seguía siendo presidente de Luxottica.

Pero los desacuerdos con Guerra provocaron su repentina salida en el verano de 2014, y Del Vecchio volvió a ser la fuerza motriz en la sede de Luxottica en Milán.

Se involucró cada vez más incluso en asuntos triviales, como decirle al personal cómo empaquetar las cajas para una mudanza de oficina, afirman antiguos empleados.

Del Vecchio también se vio envuelto en una serie de batallas en la sala de juntas y al acuerdo EssilorLuxottica le siguió una larga lucha sobre cómo dividir los altos cargos entre el bando italiano y el francés.