Los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU acordaron en octubre imponer la congelación de activos, la prohibición de viajar y el embargo de armas a cualquiera que amenace la paz o la estabilidad de Haití, nombrando como primer objetivo al gángster más poderoso del país.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, también ha propuesto que se envíe a Haití "una fuerza de acción rápida" para ayudar a la policía a combatir a las bandas, una medida también solicitada por el gobierno haitiano.

"Esto aún no se ha materializado", dijo al Consejo de Seguridad la enviada especial de la ONU a Haití, Helen La Lime.

"Los haitianos desean abrumadoramente esta ayuda para poder seguir su vida cotidiana en paz", dijo. "La violencia relacionada con las bandas ha alcanzado niveles no vistos en décadas. Los asesinatos y los secuestros aumentaron por cuarto año consecutivo".

El embajador adjunto de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Robert Wood, dijo que Washington se sentía alentado porque las sanciones de la ONU habían "disuadido a aquellos que llevarían a cabo y financiarían la violencia causante de la inestabilidad de Haití."

"Estados Unidos está identificando objetivos adicionales implicados en los disturbios de Haití para proponerlos en Naciones Unidas", dijo. Tales propuestas se hacen al comité de sanciones contra Haití del consejo, que toma las decisiones por consenso.

El embajador de China ante la ONU, Zhang Jun, pidió que se revisen y actualicen urgentemente las sanciones de la ONU contra Haití y que se apliquen plenamente las medidas "para crear la disuasión necesaria contra la violencia de las bandas".

El embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, afirmó que el comité de sanciones contra Haití del Consejo debe intensificar su trabajo para encontrar "las verdaderas fuentes de financiación de las bandas en Haití y las rutas de suministro ilegal de armas a la isla".