Antes de emprender este viaje, que nos llevará del petróleo a la soja, pasando por el cobre y el paladio, tengamos en cuenta que todas las materias primas mencionadas a continuación están denominadas en dólares estadounidenses. Esto implica que una caída del billete verde los hace automáticamente más atractivos para los compradores con una moneda diferente, como... ¡el yuan! Y justamente, el dólar se ha debilitado frente a sus homólogos desde abril de 2020, lo que constituye un primer factor de apoyo a los precios de las materias primas. Pero como puedes imaginar, hay muchos otros parámetros en juego, y eso es lo que vamos a ver, compartimento por compartimento.

Por último, si quieres refrescar la memoria sobre el comportamiento de las materias primas el año pasado, te invito a leer este artículo, escrito el 24 de diciembre de 2020.

  • Energía

WTI (+37,41%)

Brent (+34,33%)

Gas natural (+17,21%)

Fuente: Marketscreener.com

Tras un 2020 desastroso para el sector petrolero, cuya referencia estadounidense, el WTI, se hundió en territorio negativo, hay que señalar que los precios del petróleo se han recuperado desde entonces, cosechando más de un 30% desde el 1 de enero. Por último, el Brent y el WTI cotizan a sus niveles de precios anteriores a la crisis, entre 60 y 70 dólares. Este espectacular repunte, casi inimaginable hace apenas un año, se debe a la recuperación de la demanda, pero sobre todo a la cohesión de la OPEP+, que ha logrado mantener un consenso sobre el mantenimiento de las cuotas de producción. La gran cautela de Arabia Saudí también ha apoyado los precios al permitir que el mercado prevea un reequilibrio de la oferta y la demanda.

La tendencia al alza también afecta al gas natural, cuyo precio ha subido casi un 20% este año. El principal motor de esta subida de precios es la caída de la producción estadounidense, que registró su primer descenso desde 2017 en los cuatro primeros meses del año. Una caída atribuible, según la EIA, a la mayor competencia de las energías renovables.

  • Metales industriales

Estaño (+59,5%)

Cobre (+34,25%)

Aluminio (+27,8%)

Plomo (+12,2%)

Zinc (+7,7%)

Níquel (+8,9%).

Fuente: Marketscreener.com

Tras un año especialmente bueno en 2020 para el segmento de las materias primas duras, el rally de los metales sigue en pleno apogeo, como demuestra el auge del cobre, cuyo precio ha superado su máximo de 2011, de 10.700 dólares por tonelada.

Como puede imaginarse, la recuperación económica suele significar una mayor necesidad de metales industriales. Por eso el cobre se compara a menudo con un barómetro de la economía mundial. Los paquetes de estímulo, centrados principalmente en las infraestructuras y en la transición a una energía más limpia, son también un apoyo importante, ya que son extremadamente intensivos en metales básicos: cobre, níquel, aluminio, estaño, etc.

En otras palabras, la demanda se dispara y, al mismo tiempo, la oferta sigue siendo limitada, mermada por años de falta de inversión por parte de las grandes empresas mineras. Por tanto, los usuarios finales están dispuestos a pagar mucho dinero para ser abastecidos de inmediato, lo que empuja los precios al contado por encima de los precios a plazo, una estructura de mercado  que se denomina "backwardation" e ilustra perfectamente los problemas de disponibilidad en los sectores del cobre, el aluminio y el estaño.

Por último, mencionemos la loca carrera del mineral de hierro, cuyo precio no deja de subir. A más de 200 dólares por tonelada, los precios de referencia han alcanzado niveles récord, sobre todo porque la oferta no puede seguir el ritmo marcado por los siderúrgicos chinos, que van camino de producir más de mil millones de toneladas de acero por segundo año consecutivo.

  • Metales preciosos

Paladio (+19,2%)

Platino (+16,5%)

Plata (+4,17%)

Oro (-3,5%)

Al ver este gráfico, me viene inmediatamente a la mente la frase "dos habitaciones, dos estados de ánimo". El oro está registrando uno de los peores resultados del año, lastrado por la subida de los rendimientos reales de los principales bonos (si la relación entre el oro y los rendimientos de los bonos no le parece clara, puede leer este pequeño artículo: El oro se estanca, el petróleo se dispara). Por el contrario, los metales que se utilizan habitualmente en determinadas industrias (automoción, electrónica, etc.) van bien.

El paladio y el platino comparten el primer puesto. El paladio, muy utilizado por la industria automovilística para fabricar catalizadores, superó brevemente los 3.000 dólares por onza, algo inédito en la historia. Esta inflación de los precios es de nuevo el resultado de una fuerte demanda (de la industria automovilística), mientras que la oferta va a la zaga. A mediados de febrero, el gigante ruso Norilsk Nickel, el mayor productor mundial, tuvo problemas en algunas de sus minas de Siberia, lo que agravó el desfase entre la oferta y la demanda. El platino también se beneficia de la demanda de los fabricantes de automóviles, que se ven tentados a utilizar el platino en lugar del paladio para ahorrar dinero.

La plata, que tiene un perfil más "mixto", ya que se utiliza en joyería, por las industrias pero también con fines de inversión, tiene por tanto un comportamiento más moderado.

  • Productos agrícolas

Madera (+93,1%)

Maíz (+59,6%)

Carne de cerdo (+59,3%)

Trigo (+20,77%)

Soja (+20,4%)

Café (+19,2%)

Cacao (-5,3%)

Dentro de la amplia familia de materias primas agrícolas, he comentado en repetidas ocasiones el repunte del precio de la madera, que se ha triplicado desde enero de 2020. Al igual que en el caso de los metales, un choque de demanda, consecuencia inesperada de la crisis sanitaria, está detrás de esta subida de precios. Por otro lado, la oferta se ha mantenido muy tímida, mermada por la ralentización de las operaciones de tala y el cierre ocasional de algunos aserraderos en Canadá. Un desequilibrio entre la oferta y la demanda que, como empiezan a saber, sólo puede resolverse con precios más altos.

Los cereales y las oleaginosas no han escapado a esta marea alcista. La gigantesca demanda de China, que acaba de recuperarse de la peste porcina, hace que Pekín reponga sus existencias de cerdos, pero también de piensos (maíz, soja, etc.). El aumento de los precios internos es tal que las importaciones son necesarias para limitar su expansión. En consecuencia, las últimas cifras de importaciones chinas son bastante vertiginosas. Puede encontrar un resumen con las importaciones chinas de maíz aquí: maíz y madera víctimas del dragón chino y del ogro americano.

El maíz ha alcanzado el máximo de los últimos 8 años, superando los 720 céntimos por bushel, mientras persiste la preocupación por la oferta de los principales países exportadores. Las condiciones meteorológicas desfavorables podrían afectar profundamente a los rendimientos en Brasil, y la situación no es mucho mejor en Estados Unidos y Rusia, donde las temperaturas frías son motivo de preocupación.

El cacao es un OVNI en este segmento. Se espera que la producción de Costa de Marfil, el mayor productor mundial, aumente este año, lo que hará bajar los precios. A pesar del repunte de la demanda, no hay tensión en el horizonte en cuanto a la disponibilidad.