La invasión de Ucrania por parte de Rusia desencadenó el viernes un aluvión de movimientos en la calificación crediticia: S&P rebajó la calificación de Rusia a la categoría de "basura" y Moody's la puso en revisión para una rebaja a "basura".

El Ministerio de Finanzas dijo en un comunicado que Rusia seguía siendo financieramente estable y que continuaría siguiendo una política financiera y presupuestaria prudente.