Francisco hizo sus comentarios en un discurso a los diplomáticos, cuyo eje principal fue la condena de la desinformación ideológica "infundada" sobre las vacunas COVID-19, el respaldo a las campañas nacionales de inmunización y la calificación de la atención sanitaria como una obligación moral.

Habló de la crisis de confianza en la diplomacia multilateral, que según él ha llevado a "agendas cada vez más dictadas por una mentalidad que rechaza los fundamentos naturales de la humanidad y las raíces culturales que constituyen la identidad de muchos pueblos".

El mes pasado, el número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, expresó su preocupación por un proyecto de manual de comunicación de la Unión Europea que sugería no utilizar el término Navidad.

El manual, que el Vaticano vio como un intento de anular las raíces cristianas de Europa, fue retirado posteriormente para su revisión.

En sus declaraciones del lunes, Francisco advirtió de "una forma de colonización ideológica, que no deja espacio para la libertad de expresión y que ahora está tomando la forma de la "cultura de la cancelación" que invade muchos círculos e instituciones públicas".

Utilizó las dos palabras en inglés en medio de un largo discurso en italiano. La polémica sobre la "cultura de la cancelación" es especialmente aguda en los países de habla inglesa, como Estados Unidos y Gran Bretaña.

Con ello se corre el riesgo de cancelar la identidad "con el pretexto de defender la diversidad", dijo Francisco, y añadió que se está configurando una especie de "pensamiento único", obligado a negar la historia o, peor aún, a reescribirla en términos de categorías actuales.

En Estados Unidos ha habido conflictos por la retirada o decapitación de estatuas de personajes históricos como Cristóbal Colón y San Junípero Serra.

Serra, un franciscano español, fundó una cadena de misiones en la California del siglo XVIII que fue precursora de la infraestructura del estado.

Además de la retirada de las estatuas, algunos han exigido también que se cambien los nombres de instituciones como escuelas y hospitales que llevan el nombre de las figuras históricas, diciendo que desempeñaron un papel en la destrucción de las culturas nativas americanas.

Aunque el Papa no mencionó ningún ejemplo específico de la cultura de la cancelación, dijo que cualquier situación histórica debe interpretarse en el contexto de su época y no según los estándares actuales.