El proyecto de ley, aprobado en diciembre, convierte a Escocia en la primera nación del Reino Unido en respaldar un proceso de autoidentificación para el cambio de sexo, lo que incluye la eliminación de la necesidad de un diagnóstico médico de disforia de género y la reducción de la edad mínima de 18 a 16 años.

Jack dijo que invocaba la Sección 35 de la Ley de Escocia de 1998, que permite al gobierno del Reino Unido prohibir que un proyecto se convierta en ley si Londres considera que tiene un efecto adverso sobre asuntos en los que el gobierno nacional conserva la jurisdicción última.

"No he tomado esta decisión a la ligera", dijo Jack en un comunicado, añadiendo que "tendría un impacto significativo" en asuntos de igualdad en toda Gran Bretaña.

"He llegado a la conclusión, por tanto, de que éste es el curso de acción necesario y correcto".

Algunos defensores de los derechos de las mujeres han argumentado que los cambios podrían suponer una amenaza para la seguridad de las mujeres y las niñas, al facilitar el acceso de los hombres depredadores a espacios de un solo sexo, como los baños.

Los partidarios del proyecto de ley, sin embargo, afirmaron que las reformas benefician a los transexuales y no suponen ninguna amenaza para los derechos de las mujeres.

Otros países como Irlanda, Dinamarca y Argentina han adoptado leyes de autoidentificación para hacer más sencillo y menos invasivo el cambio de género.

Es probable que la decisión desencadene una encarnizada batalla legal entre Edimburgo y Londres, ya que el gobierno escocés advirtió previamente que impugnaría lo que describió como cualquier intento de socavar la voluntad democrática del parlamento escocés, que tiene poderes delegados en ciertas áreas.