El líder del enclave separatista moldavo de Transdniestria denunció el viernes la introducción de derechos de importación y exportación para su región prorrusa, afirmando que las autoridades centrales estaban violando los derechos fundamentales y aplastando los negocios.

Transdniéster se separó de Moldavia antes del colapso del régimen soviético en 1991 y después libró una breve guerra con el nuevo Estado independiente, pero las dos partes han convivido con pocos incidentes durante más de 30 años. Unos 2.000 "guardianes de la paz" rusos están instalados en su "frontera" conjunta.

La cuestión del estatus de Transdniestria ha adquirido una nueva importancia, ya que la Unión Europea ha acordado iniciar conversaciones sobre la adhesión a la UE con las autoridades proeuropeas de Moldavia.

El líder de Transdniestria, Vadim Krasnoselsky, dijo que Moldavia había actuado sin previo aviso. Poner fin al derecho de su región a exportar e importar mercancías libres de impuestos, dijo, era una "derrota moral" que violaba los valores humanitarios proclamados por la UE.

"Les pido que lo reconsideren y acudan a la mesa de negociaciones", declaró Krasnoselsky en un discurso televisado.

"Esto es una muestra de debilidad. La discusión y el diálogo son una muestra de fortaleza. Lo que usted ha hecho nos pone en un camino hacia ninguna parte, hacia el vacío... y la gente que vive aquí sufrirá".

Los hombres de negocios y otros ciudadanos cruzan rutinariamente dentro y fuera de Transdniestria sin dificultad y los impuestos han sido recaudados anteriormente por las autoridades separatistas de Transdniestria.

Imponer un derecho pagadero a las autoridades centrales de Moldavia pondría a los empresarios del enclave en dificultades financieras y aumentaría la tensión entre ambas partes.

La región ha sido acusada hasta hace pocos años, amparándose en su estatus de zona libre de impuestos, de contrabando masivo de diversas mercancías, incluidas armas.

Transdniestria recibe una ayuda considerable de Rusia, incluidos suministros de gas natural por los que no se exige ningún pago.

Las conversaciones para resolver el conflicto separatista llevan varios años estancadas, pero con escasos efectos en la vida cotidiana del país situado entre Ucrania y Rumania, miembro de la UE.

Las autoridades moldavas no hicieron ningún comentario sobre las quejas de Krasnoselsky. Pero los funcionarios han citado la introducción de normas aplicables en todo el territorio de Moldavia como un paso legal vital para la reintegración de la región separatista.

El país, uno de los más pobres de Europa, se ha visto sacudido por la guerra de Ucrania y la presidenta proeuropea Maia Sandu señala a Rusia como la principal amenaza para la seguridad del país.

En los últimos meses, Sandu ha sugerido que Moldavia podría plantearse la adhesión a la UE en dos etapas, inicialmente sin Transdniestria antes de lograr la reunificación.

Los funcionarios citan como precedente la concesión de la adhesión a la UE a la dividida isla de Chipre. (Reportaje de Ronald Popeski; Edición de David Gregorio)