El vetusto aeropuerto internacional Ninoy Aquino atendía a primera hora del lunes un máximo de 15 llegadas por hora, frente a las 20 que se producían durante las operaciones normales, declaró Cesar Chiong, director general de la Autoridad Aeroportuaria Internacional de Manila.

El apagón fue el resultado de un fallo sin precedentes en el suministro eléctrico primario y secundario, dijo.

"Las compañías aéreas tardarán unas 72 horas más o menos en normalizar sus operaciones", declaró Chiong al canal de noticias ANC.

El domingo hubo 361 vuelos retrasados, cancelados o desviados a otros aeropuertos regionales, lo que afectó a unos 65.000 pasajeros, mientras que otros muchos vuelos se vieron obligados a cambiar de ruta para evitar el espacio aéreo filipino.

La aerolínea de bandera Philippine Airlines dijo que estaba organizando vuelos de recuperación desde Estados Unidos, Singapur y Malasia y desviando algunos vuelos a aeropuertos nacionales. La aerolínea de bajo coste Cebu Pacific canceló 54 vuelos nacionales el lunes.

Chiong dijo que el aeropuerto había introducido su propio sistema eléctrico en 2018, pero el domingo fallaron tanto el sistema principal como el de reserva.

Cuando se conectaron directamente a la electricidad comercial regular, experimentaron sobretensión y subida de tensión, añadió, lo que obligó a que fallaran equipos como los de radar, comunicaciones, radio e internet.

El Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino ha sido clasificado anteriormente entre las peores pasarelas internacionales del mundo, con retrasos en los vuelos como algo habitual, y un historial de mejoras que se han retrasado o abandonado debido a disputas entre el aeropuerto y los contratistas.

Filipinas espera aliviar la presión construyendo aeropuertos multimillonarios en las provincias circundantes de Manila, como Cavite y también en Bulacan, que debería empezar a funcionar en 2027.