Las cuatro empresas acordaron "evaluar la viabilidad comercial de utilizar el gas natural del Talud Norte suministrado a Alaska Centromeridional a través del Proyecto Alaska LNG para producir amoníaco libre de carbono", dijo la AGDC.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la producción de este combustible rico en hidrógeno pueden capturarse y almacenarse bajo tierra en la cuenca de Cook Inlet, que tiene un "potencial de secuestro de carbono de categoría mundial", añadió AGDC, empresa estatal de Alaska.

Japón, el quinto mayor emisor de CO2 del mundo, tiene como objetivo aumentar su demanda de amoníaco combustible, que no emite CO2 cuando se quema para producir energía, hasta los 3 millones de toneladas anuales en 2030 desde los cero actuales, lo que refleja su objetivo para 2050 de convertirse en un país neutro en carbono.

Los costes y las emisiones asociados al envío de amoníaco a los mercados asiáticos desde Alaska son menores en comparación con la costa estadounidense del Golfo de México, según AGDC.

Las empresas japonesas también quieren invertir en la provincia canadiense de Alberta para producir amoníaco y metanol en un esfuerzo por construir cadenas de suministro globales de energía más ecológica para luchar contra el cambio climático, según declaró el lunes un ministro provincial.