Como recordatorio, una blockchain pública, como la de Bitcoin, proporciona un registro continuo, completo y accesible al público de todas las transacciones en la red. También permite a los miembros verificar el valor de las transacciones pasadas, comprobar la exactitud de las actualizaciones como parte del mecanismo de consenso de la prueba de trabajo, y determinar si las partes que interactúan tienen la propiedad legítima de intercambiar valor. Al aprovechar una base de datos compartida y verificada de registros almacenados de forma distribuida, la blockchain intenta replantear los ecosistemas de información de forma transparente, inmutable y fiable. Esto es tan interesante como el actual bombo de las monedas virtuales.

Este estado de cosas tiene dos consecuencias en términos de funcionamiento económico: el riesgo moral, que consiste en modificar negativamente el propio comportamiento una vez realizada la transacción (por ejemplo, no devolver las cuotas del préstamo una vez concedido), y la antiselección, es decir, cuando la información oculta, o no revelada voluntariamente, repercute en los intercambios comerciales. La antiselección puede incluso desintegrar todo un mercado. 

El ejemplo del concesionario de coches 

George Akerlof recibió el Premio Nobel de Economía en 2001 por su artículo "Market of lemons". En él, el economista estadounidense utiliza el ejemplo del mercado de coches usados para poner de relieve el mecanismo de antiselección. Un mercado compuesto, por un lado, por la mitad de vehículos de buena calidad (con un valor de 15.000 euros), y por otro, por la mitad de vehículos de mala calidad (con un valor de 5.000 euros). En este ejemplo, sólo los vendedores saben qué coche pertenece a cada grupo (buena o mala calidad). Los compradores son conscientes de la distribución de la calidad, pero no son capaces de identificar cuáles de los coches en venta son de buena o mala calidad. En contra de lo que podría pensarse, el precio nunca tiende a la media de 10.000 euros. ¿Por qué no? Porque a este precio, los vendedores pierden 5.000 euros al retirar del mercado coches de buena calidad. Y en este contexto, los compradores no están dispuestos a arriesgarse a pagar 15.000 euros por un vehículo que puede ser de mala calidad. Este mecanismo de antiselección desalienta las transacciones y puede incluso llevar a la eliminación del mercado. Este estricto ejemplo demuestra que regularmente, si no todo el tiempo, necesitamos información para realizar transacciones en nuestra sociedad.

Para combatir esta falta total de información y antiselección, se ponen en marcha varios "medios legales". En el ejemplo anterior, los certificados de matriculación y la inspección técnica, por ejemplo, limitan la asimetría de información entre el vendedor y el comprador y el efecto sobre el precio es inmediato. Por supuesto, un comprador estará dispuesto a pagar más por un vehículo que haya pasado la inspección técnica que por uno que no la haya superado. 

El límite financiero de los medios legales

Estos medios legales implican unos costes relativamente elevados para que los agentes del mercado limiten y reduzcan esta asimetría de información. Estos medios legales deben ser poderosos para guiar a los actores a tomar decisiones racionales para permitir la formación de precios que reflejen la información lo mejor posible. Estos medios legales deben provenir necesariamente de instituciones autorizadas, de confianza y ampliamente reconocidas por los agentes del mercado, ya sean públicos o privados. A través de estos medios legales, como vimos en el ejemplo anterior, estas instituciones, que juegan el papel de tercero de confianza, en este caso el Estado, tienen el control de la asimetría de la información. Podríamos yuxtaponer fácilmente este papel con el de los bancos y las compañías de seguros que, gracias a un sistema de calificación hábilmente construido, pueden detectar a los buenos y a los malos pagadores y minimizar así el riesgo de riesgo moral (impago de créditos o falsas reclamaciones de seguros). Una asimetría de información que sólo beneficia a una de las dos partes del intercambio. Pero incluso la omnipresente economía no es inmune a estos sesgos. Los intercambios entre pares no lo son realmente. La confianza pasa por estos intermediarios: Le Bon Coin, Uber, Airbnb, Particulier à particulier... Todos ellos se posicionan como terceros de confianza y controlan la asimetría de la información. Esta industrialización de los medios legales delegados en terceros de confianza es, por definición, costosa, ya que son proveedores de la sacrosanta confianza que, a su vez, se monetiza con los "medios legales" que los consumidores están dispuestos a pagar para sentirse seguros. (Episodio dedicado a la noción de confianza: aquí)

Blockchain: ¿una posible simetría? 

Esta tecnología es en esencia transparente y permite una trazabilidad absoluta. Una característica que permite generar una información casi perfectamente neutral. Volvamos a George Akerlof. Si toda la información de los vehículos se registrara en una cadena de bloques pública, el coste de descubrir la calidad intrínseca de la información sería casi nulo. El comprador tendría toda la información a mano para tomar una decisión racional e informada sin tener que confiar en la palabra del vendedor y/o recurrir a costosos medios legales. También he escrito un artículo en el que se destacan casos concretos de trazabilidad a través de una blockchain.

Esto no significa que la blockchain pública sea una especie de libro de contabilidad abierto y transparente para los espías económicos, donde no sería posible proteger ningún dato personal, secreto industrial, secreto de Estado, etc. Para que una blockchain funcione en nuestra economía actual, la divulgación de cierta información debe ser posible sólo dentro de un pequeño grupo de operadores. Sólo se puede consultar la información pública (claves públicas). El Zero Knowledge Proof (ZK) permite a los criptógrafos demostrar a otro actor que tienen información sin producirla. Por eso es posible, por ejemplo, demostrar criptográficamente que se sabe dónde está una persona geográficamente hablando sin traicionar su posición. Otro ejemplo sería, en el contexto de la Blockchain de Bitcoin, demostrar que tengo bitcoins sin revelar mi firma y dirección pública (estoy preparando un artículo dedicado a este tema de Zero Knowledge Proof). Sin esta característica, sería posible explotar la información pública de nuestros socios comerciales para mejorar nuestra competitividad y maximizar nuestras propias ganancias. Esto no es económicamente viable.

La asimetría de los atributos de identidad 

La falta de identidades verificables se perfila como uno de los principales problemas de la era de la información, dejando espacio para la usurpación de identidades, la violación de la privacidad, las formas nuevas y existentes de vigilancia y otras formas de fraude. Hoy en día, los ciudadanos no controlan su presencia en línea, lo que no sólo causa problemas inmediatos, sino que erosiona la confianza a largo plazo en todo el ecosistema de datos. En este contexto, y a modo de ejemplo, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) está en el segundo año de un proyecto que proporciona a los estudiantes títulos digitales basados en blockchain. Aunque sigue dependiendo de la oficina de registro, el proyecto pretende proporcionar a los antiguos graduados un mayor control sobre sus datos de identificación y la posibilidad de que otros accedan a ellos.

Queda por ver si las tecnologías blockchain proporcionarán una alternativa distribuida, más igualitaria y democrática a las soluciones institucionales existentes. Del mismo modo, la reciente evolución hacia cadenas de bloques más privadas y basadas en permisos puede, de hecho, crear nuevas asimetrías de información o reforzar las existentes en lugar de desmantelarlas. Vamos a digerir este episodio adicional antes de que tengamos un nuevo episodio muy pronto que desmitifica una nueva faceta de Web3. 

La asimetría de los atributos de identidad 

La falta de identidades verificables se perfila como uno de los principales problemas de la era de la información, dejando espacio para la usurpación de identidades, la violación de la privacidad, las formas nuevas y existentes de vigilancia y otras formas de fraude. Hoy en día, los ciudadanos no controlan su presencia en línea, lo que no sólo causa problemas inmediatos, sino que erosiona la confianza a largo plazo en todo el ecosistema de datos. En este contexto, y a modo de ejemplo, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) está en el segundo año de un proyecto que proporciona a los estudiantes títulos digitales basados en blockchain. Aunque sigue dependiendo de la oficina de registro, el proyecto pretende proporcionar a los antiguos graduados un mayor control sobre sus datos de identificación y la posibilidad de que otros accedan a ellos.

Queda por ver si las tecnologías blockchain proporcionarán una alternativa distribuida, más igualitaria y democrática a las soluciones institucionales existentes. Del mismo modo, la reciente evolución hacia blockchains más privadas y basadas en permisos puede, de hecho, crear nuevas asimetrías de información o reforzar las existentes en lugar de desmantelarlas. Vamos a digerir este episodio adicional antes de que tengamos un nuevo episodio muy pronto que desmitifica una nueva faceta de Web3. 

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