Varsovia debe actualmente 70 millones de euros por no haber detenido inmediatamente todo el trabajo de la cámara a la espera de un veredicto final del máximo tribunal de la UE sobre un plan ampliamente criticado por permitir al gobierno dejar de lado a los jueces que cuestionan sus políticas.

La carta es el último acontecimiento en una de las muchas batallas entre el partido nacionalista gobernante en Polonia, Ley y Justicia (PiS), y la UE sobre la erosión de los controles democráticos.

El embajador de Polonia ante la UE, Andrzej Sados, dijo en la carta que el jefe del Tribunal Supremo ya había decidido dejar de entregar algunos casos a la Cámara Disciplinaria, y que el gobierno estaba estudiando más cambios en el poder judicial.

"Pido a la Comisión que se abstenga de enviar peticiones de pago hasta que se lleven a cabo las reformas previstas", escribió.

Un funcionario de la Comisión dijo a Reuters que esos argumentos no eran nuevos ni suficientes y que el Ejecutivo comunitario enviaría la primera factura a Varsovia ya el viernes.

La Comisión dijo esta semana que tenía formas de asegurar las multas adeudadas, incluso deduciéndolas de los fondos de desarrollo destinados a Polonia si PiS sigue negándose a pagar.

CAMBIOS RADICALES

El PiS introdujo por primera vez la Cámara Disciplinaria en 2017 como parte de los cambios radicales en el poder judicial que también han promovido a muchos nuevos jueces y han dado altos cargos a aliados del partido.

La carta no detallaba cómo o cuándo Varsovia revocaría la cámara, que tiene el poder de reasignar o suspender a los jueces.

El viceministro de Justicia de Polonia, Sebastian Kaleta, miembro de Polonia Unida, un socio de coalición euroescéptico de línea dura del PiS, dijo que detener el trabajo de la cámara haría que ésta dejara de examinar los casos de delitos penales, como la conducción bajo los efectos del alcohol, presentados contra los jueces.

"La mejor solución sería continuar la reforma judicial con la reorganización del Tribunal Supremo", dijo el viernes en una emisión de radio.

El PiS y Polonia Unida llevan meses enfrentados sobre cómo responder a las exigencias de la UE.

Las disputas con la UE sobre las normas democráticas ya le han costado a Polonia su reputación como ejemplo de transición poscomunista, así como el acceso a miles de millones de euros en fondos europeos para la recuperación de la pandemia.

Están en juego más fondos de desarrollo de la UE, un motor clave del crecimiento de Polonia desde que se unió al bloque en 2004.