Aquí se exponen las principales cuestiones y lo que podría ocurrir a continuación.

¿CÓMO HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ?

Libia se desmoronó tras el levantamiento de 2011 contra Muammar Gaddafi y se dividió en 2014 entre las facciones orientales y occidentales enfrentadas. El proceso de paz se produce tras el colapso en 2020 del asalto de 14 meses del comandante oriental Khalifa Haftar a Trípoli.

Las zonas orientales y meridionales están en manos del LNA de Haftar, mientras que las zonas occidentales, incluida Trípoli, están en manos de varias fuerzas armadas que respaldaban al gobierno en ese lugar.

Hace un año, las Naciones Unidas celebraron conversaciones entre delegados de todas las facciones para trazar un camino a seguir. Acordaron instalar un gobierno de unidad que gobernara hasta las elecciones parlamentarias y presidenciales simultáneas del 24 de diciembre.

¿POR QUÉ SE HAN RETRASADO LAS ELECCIONES?

Las antiguas instituciones de Libia, junto con las principales facciones y los posibles candidatos, no se pusieron de acuerdo sobre las reglas para las elecciones, incluyendo su calendario, los poderes que tendría el nuevo presidente o el parlamento y quién podría presentarse.

El presidente del Parlamento, Aguila Saleh, que es candidato a la presidencia, promulgó una ley que fijaba la primera ronda de las elecciones presidenciales para el 24 de diciembre, con una segunda ronda de desempate y la elección parlamentaria que vendría después.

Poner la votación presidencial en primer lugar significaba que la elección se reducía a una contienda en la que el ganador se lo lleva todo, entre candidatos de facciones violentamente opuestas.

Otras instituciones políticas rechazaron la ley, acusando a Saleh de aprobarla sin un proceso parlamentario adecuado.

Sin embargo, la ley de Saleh constituyó la base del proceso electoral y las disputas en torno a ella se ampliaron a medida que entraban en liza candidatos muy divididos.

¿QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES CANDIDATOS?

Unos 98 candidatos se inscribieron en la carrera presidencial, entre ellos algunos considerados inaceptables en algunas partes del país o para poderosas facciones armadas.

Saif al-Islam Gadafi https://www.reuters.com/world/middle-east/libya-gaddafi-leadership-bid-opens-old-wounds-2021-12-13 se inscribió a pesar de haber sido condenado en ausencia por un tribunal de Trípoli en 2015 por crímenes de guerra durante la rebelión que derrocó a su padre Muamar Gadafi en 2011.

El comandante oriental Khalifa Haftar, cuyo Ejército Nacional Libio llevó a cabo una destructiva ofensiva de 14 meses contra Trípoli, es rechazado como posible presidente por las facciones armadas y por muchos habitantes de las zonas occidentales.

Abdulhamid al-Dbeibah, el primer ministro interino, había prometido no presentarse a las elecciones cuando fue nombrado. Otros candidatos dicen que su presencia en la papeleta es injusta.

Sin un acuerdo claro sobre las normas, y mucho menos sobre quién las aplicaría o arbitraría las disputas, la comisión electoral, el comité electoral del parlamento y el fragmentado poder judicial fueron incapaces de acordar una lista final de candidatos elegibles.

¿HUBO OTROS PROBLEMAS?

La mayor parte de Libia está controlada por las fuerzas armadas que respaldan a los candidatos rivales y, sin una amplia supervisión independiente, es probable que se produzcan denuncias de fraude o intimidación de los votantes.

Dos incidentes del mes pasado mostraron los riesgos. Los combatientes cerraron un tribunal para impedir que los abogados de Gadafi presentaran un recurso contra su inhabilitación. Y la comisión electoral dijo que los combatientes habían asaltado varias de sus oficinas, robando tarjetas de votación.

Un resultado disputado podría deshacer rápidamente el proceso de paz, reproduciendo las consecuencias de las elecciones de 2014, cuando las facciones enfrentadas respaldaron a administraciones rivales.

¿QUÉ VIENE AHORA?

La comisión electoral ha sugerido un retraso de un mes, pero el parlamento podría buscar uno más largo. Las negociaciones continúan entre los candidatos, las instituciones políticas de Libia y las potencias extranjeras.

Un breve retraso podría no ser suficiente para resolver los argumentos que hicieron descarrilar la votación del viernes. Sin embargo, arreglar esos problemas podría requerir más tiempo, lo que plantearía interrogantes sobre la posibilidad de que el gobierno interino se mantuviera en funciones.

El futuro de Dbeibah y de su gobierno durante el próximo periodo se ha convertido rápidamente en uno de los principales temas de disputa entre los bandos rivales.

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DE UN NUEVO CONFLICTO?

Si el proceso de paz se desmorona, existe el riesgo de que las facciones orientales vuelvan a formar un gobierno disidente en guerra con la administración de Dbeibah en Trípoli. Sin embargo, los analistas creen que eso es poco probable por ahora.

El riesgo más inmediato es que una crisis política pueda echar más leña al fuego de las disputas locales entre los grupos armados rivales que se han movilizado en el oeste de Libia en las últimas semanas, lo que provocaría una nueva ronda de combates dentro de la capital.