Por Mike Bird 
    THE WALL STREET JOURNAL 

El Banco Popular de China se está inquietando con la fortaleza del yuan chino. Y eso es algo a lo que hay que estar atentos: cualquier intento de evitar que suba más echaría más leña al fuego en el enfrentamiento entre Pekín y Washington sobre la manipulación de las divisas.

En 6,38 respecto al dólar, el yuan se encuentra en su nivel más alto desde 2018. La moneda tiene que apreciarse solo algo más del 5% para alcanzar un máximo histórico. El año pasado ya repuntó casi un 12%.

El Banco Popular de China dijo el lunes que aumentará los requisitos de reservas de divisas para los bancos después de que un antiguo miembro de la institución sugiriera durante el fin de semana que la reciente subida de la moneda no es sostenible ni deseable.

Ante la clara incomodidad del banco central con el rally, el hecho de que las reservas de divisas de China apenas crecieran el año pasado sorprende. En la década de los 2000 y a comienzos de la de 2010, los grandes superávits comerciales de China se reflejaban en la gran acumulación de reservas.

Desde que empezó 2020, las reservas chinas se han incrementado un 2,9% en términos de dólares estadounidenses, frente a los aumentos del 10,6% y del 13,2% en Corea del Sur y Taiwán, dos economías que han registrado un crecimiento similar en las exportaciones y una apreciación parecida en sus divisas durante la pandemia.

A primera vista, eso sugeriría que el Banco Popular de China no ha intervenido mucho para controlar la apreciación del yuan.

Pero otros datos revelan una historia más complicada. Las cifras de balanza de pagos de China en el último trimestre de 2020 mostraron un ligero incremento de los activos de reservas, pero un repunte en dos categorías residuales. La primera, denominada "otras inversiones", cubre transacciones que no pueden clasificarse como inversión directa, inversión de carteras o reservas. La segunda, "errores y omisiones", es el ajuste final que garantiza que la balanza de pagos en realidad se equilibre. Las dos categorías combinadas superaron los US$200.000 millones en el último trimestre del año, el nivel más alto de la historia.

Parte de los flujos que salen simplemente podrían representar que prestatarios nacionales se aprovechan de un dólar débil y un yuan fuerte para devolver deuda en dólares. Los nuevos pasivos de China marcados como "préstamos" dentro de la categoría de "otras inversiones" descendieron desde US$13.000 millones en el primer trimestre de 2020 a -US$44.000 millones en el último trimestre del año, lo que significa una devolución a gran escala.

Pero eso aún recuerda que estos grandes flujos salientes de capital son un interrogante. Alex Etra, estratega de Exante Data y antiguo economista de la Reserva Federal, ha dicho que los dos segmentos de la balanza de pagos se alinean bien con la acumulación de activos extranjeros netos de bancos. Y el banco central chino ha dependido desde hace tiempo de los bancos estatales para intervenir en el mercado de divisas, evitando acaparar la atención que eso supondría.

Ese método de inclinarse contra una mayor fortaleza del yuan atrae menos titulares que una acumulación de las reservas. Pero si es eso lo que en realidad ocurre, es improbable que haya escapado de la atención del Departamento del Tesoro estadounidense. De cara al futuro, merecerá la pena vigilar de cerca no solo el mercado de divisas, sino también los detalles de los datos de pagos de China para sopesar el potencial de los problemas políticos futuros.

-Escriba a Mike Bird a Mike.Bird@wsj.com

Versión española de Carlos López Perea carlos.perea@dowjones.com

Editado por NUC

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June 02, 2021 10:36 ET (14:36 GMT)