La misión, MONUSCO, dijo que unas 1.000 personas desplazadas han sido refugiadas desde el viernes después de que huyeran de la ciudad de Mweso, donde los rebeldes M23 dirigidos por tutsis mataron a unas 20 personas desde el jueves, según el ejército y un líder de la sociedad civil.

El ataque fue la última secuela de los combates entre las tropas congoleñas y el M23, cuyas ofensivas han obligado a huir a decenas de miles de personas y han agravado la crisis humanitaria y de seguridad que sufre la región desde hace décadas.

El portavoz de la MONUSCO, Ndeye Khady Lo, declaró que los combates tenían lugar cerca de la base de la misión en Nyanzale. Dijo que las fuerzas de mantenimiento de la paz patrullarían para proteger a los civiles.

Guillaume Kaiko Ndjike, portavoz del ejército congoleño en Kivu Norte, declaró que los combatientes del M23 habían disparado indiscriminadamente desde el sábado por la mañana. "Estamos en proceso de contenerlos para proteger a la población", declaró.

El líder de la sociedad civil Toby Kahangu dijo que los rebeldes se habían hecho con el control de Mweso, a unos 80 km (50 millas) de Goma, que es la principal ciudad de la provincia de Kivu Norte, tras lanzar ataques a primera hora de la mañana.

"Ahora tienen el control de Mweso y se dirigen hacia los pueblos de Kachiru y Kashunga", declaró.

El ejército y la MONUSCO no lo confirmaron.

El ataque contraviene un alto el fuego negociado por los líderes regionales de África oriental y comenzó el mismo día en que el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hizo un llamamiento a la paz en el este del Congo.

"Tuve la oportunidad de hablar tanto con el presidente de la RDC como con el presidente de Ruanda en los últimos días", declaró Blinken desde Angola el jueves. "Ahora que las elecciones (en el Congo) han terminado, creemos que es un momento importante para intentar avanzar con la diplomacia".

El conflicto ha desatado una crisis diplomática entre el Congo y la vecina Ruanda, a la que Kinshasa acusa de respaldar a los rebeldes. Ruanda niega cualquier implicación.