El abismo entre Estados Unidos y Rusia parecía más duro que nunca el miércoles, tras una reunión de cuatro horas de la OTAN en Bruselas, en la que la vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, reiteró una advertencia a Rusia por su concentración de tropas cerca de Ucrania, y se preguntó por qué la nación con armas nucleares decía sentirse amenazada por su vecino mucho más pequeño.

"Son un país poderoso. El hecho de que se sientan amenazados por Ucrania, una democracia más pequeña y aún en desarrollo, es difícil de entender, francamente. ¿Por qué necesitan 100.000 tropas en la frontera que, según dicen, no son para invadir sino para ejercitarse, cuando esta mañana se informa de ejercicios con fuego real? ¿De qué se trata? ¿Se trata de una invasión, se trata de intimidación, se trata de intentar ser subversivos, no lo sé, pero no es propicio para llegar a soluciones diplomáticas".

La OTAN dijo que estaba dispuesta a hablar con Rusia sobre el control de armas y el despliegue de misiles para evitar el riesgo de una guerra en Europa, pero que no permitiría que Moscú vetara la ambición de Ucrania de ingresar en la OTAN algún día.

En una larga conferencia de prensa, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko, dijo que Rusia no podía tomarse en serio la afirmación de la OTAN de ser una alianza defensiva que no suponía una amenaza para Rusia.

"Hemos señalado de forma honesta, explícita y sin tratar de cortar con las formas políticamente correctas, que un mayor deterioro de los lazos podría tener consecuencias imprevisibles y graves para la seguridad europea. Rusia no está de acuerdo con ese escenario".

Después, Grushko dijo que Moscú utilizaría medios militares para neutralizar las amenazas a la seguridad si la diplomacia resultaba insuficiente.

Las conversaciones debían continuar el jueves en Viena.