La confianza empresarial entre las grandes empresas japonesas no manufactureras mejoró hasta alcanzar un máximo de más de tres décadas en el primer trimestre, según mostró una encuesta del banco central estrechamente vigilada, ofreciendo a los responsables políticos la esperanza de que la demanda interna apuntale una economía frágil.

Pero el sentimiento de los grandes fabricantes se agrió por primera vez en cuatro trimestres debido en parte a las interrupciones en la producción de automóviles, según la encuesta tankan publicada el lunes.

El resultado se encuentra entre los factores que el Banco de Japón (BOJ) examinará en su próxima reunión del 25 y 26 de abril, cuando emita nuevas previsiones trimestrales de crecimiento e inflación.

Las proyecciones de abril atraerán la atención del mercado en busca de cualquier pista sobre la rapidez con la que el BOJ podría volver a subir los tipos de interés, tras haber abandonado su programa de estímulo masivo el mes pasado.

El índice de sentimiento general de los grandes fabricantes se situó en +11 en marzo, frente al +13 de diciembre, según mostró la encuesta tankan, frente a una previsión mediana del mercado de una lectura de +10.

El índice que mide el sentimiento de los grandes no fabricantes mejoró hasta +34 en marzo desde +32 hace tres meses, mostró la encuesta, superando ligeramente la previsión del mercado de una lectura de +33.

Fue la lectura más alta desde agosto de 1991, cuando la economía japonesa estaba en pleno auge por una burbuja inflada por los activos.

Tanto los grandes fabricantes como los no fabricantes esperan que las condiciones empeoren en los próximos tres meses, según mostró la encuesta.

Las grandes empresas esperan aumentar el gasto de capital en un 4,0% en el año fiscal que comienza en abril, frente a las previsiones medias de un aumento del 9,2%, según mostró la encuesta.

La economía japonesa creció un 0,4% anualizado en el último trimestre del año pasado, evitando por poco una recesión técnica, ya que el fuerte gasto de capital compensó la debilidad del consumo.

Los analistas esperan que la economía apenas haya crecido en el primer trimestre, ya que el aumento del coste de la vida perjudicó al consumo y las interrupciones de la producción en algunas fábricas de automóviles lastraron la producción industrial.

La confianza empresarial y el apetito de gasto de las empresas son claves para saber si la economía japonesa puede mantener una recuperación moderada y permitir que el banco central vuelva a subir los tipos de interés.

A pesar de la decisión del BOJ de poner fin a los tipos negativos el mes pasado, las expectativas de que cualquier nueva subida de tipos por parte del BOJ será lenta en el futuro han presionado al yen y lo han llevado brevemente a un mínimo de 34 años frente al dólar. (Reportaje de Leika Kihara Edición de Shri Navaratnam)