Los datos de la Oficina Australiana de Estadística mostraron el miércoles que el producto interior bruto (PIB) real aumentó un 0,6% en el tercer trimestre, frente al 0,9% del trimestre anterior y justo por debajo de las previsiones del 0,7%.

Aun así, el crecimiento anual se aceleró hasta un embriagador 5,9% - más rápido que el de China -, aunque en gran parte gracias a un auge puntual a finales del año pasado, cuando la economía se reabrió tras el bloqueo provocado por la pandemia.