MELBOURNE, 4 abr (Reuters) - La ex primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern ayudará a combatir el extremismo violento en internet y formará parte del consejo de un premio medioambiental creado por el príncipe Guillermo de Reino Unido, mientras se prepara para una vida tras la política.

Ardern renunció a su cargo de primera ministra en enero, alegando que "ya no le quedaban fuerzas" para dirigir el país y que tampoco se presentaría a la reelección parlamentaria. El miércoles pronunciará su último discurso en el Parlamento neozelandés.

Ardern, quien se convirtió en la líder femenina más joven del mundo cuando llegó al poder en 2017 a la edad de 37 años, servirá como enviada especial no remunerada para Christchurch Call, una iniciativa que cofundó en 2019 para reunir a países y empresas tecnológicas para combatir el extremismo, dijo el Gobierno.

Los ataques contra dos mezquitas en Christchurch, la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda, en marzo de 2019 causaron 51 muertos y 40 heridos. El atacante supremacista blanco que perpetró el asalto retransmitió en directo parte del mismo en Facebook.

"Christchurch Call es una prioridad de política exterior para el Gobierno y Jacinda Ardern está en una posición única para seguir impulsando el objetivo de eliminar el contenido extremista violento en línea", dijo su sucesor como primer ministro, Chris Hipkins, en un comunicado.

"El contenido terrorista y extremista violento en línea es un problema mundial, pero para muchos en Nueva Zelanda también es muy personal".

Ardern también se unirá al consejo del premio Earthshot del príncipe británico Guillermo, concedido por contribuciones al ecologismo, dijo el Palacio de Kensington en un comunicado.

Ardern se subió a una ola de popularidad bautizada como "Jacindamanía" tras asumir el cargo de primera ministra y hacer campaña en favor de los derechos de la mujer, el fin de la pobreza infantil y la desigualdad económica.

También se ganó el aplauso internacional por su gestión de la pandemia del COVID-19.

Pero su popularidad decayó durante su último año en el poder, cuando la inflación alcanzó máximos de casi tres décadas, junto con el aumento de la delincuencia y una polémica reforma de las infraestructuras hídricas.

"Cinco años han parecido más bien nueve, por todo lo que hemos pasado como nación", dijo Ardern en una entrevista concedida el martes a la cadena estatal TVNZ.

"Echaré de menos a la gente, (...) pero no echaré de menos la carga, porque es pesada".

(Información de Alasdair Pal en Melbourne; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)