Las votaciones del domingo y el lunes completaron una ronda electoral en la que los partidos de centro-izquierda también retuvieron la ciudad norteña de Bérgamo y arrebataron la capital sarda de Cagliari al bloque de derechas de la primera ministra Giorgia Meloni.
Los resultados supusieron un modesto revés para Meloni, recién llegada de un triunfo en las elecciones al Parlamento Europeo hace dos semanas, pero harán poco por aflojar su firme control del poder nacional en Italia.
Todas las miradas estaban puestas en Florencia, la ciudad renacentista donde el ex director de la Galería de los Uffizi Eike Schmidt, de origen alemán y que obtuvo la ciudadanía italiana el año pasado, se presentó por la coalición de Meloni en un intento de poner fin a décadas de gobierno de izquierdas.
Concluido el recuento, los resultados mostraron que Sara Funaro, de centro-izquierda, obtuvo más del 60%, mientras que Schmidt se situó en torno al 39%.
Funaro se apresuró a proclamar su victoria a medida que avanzaba el recuento. "Siento la emoción de todos estos meses, la emoción de ser la alcaldesa de Florencia", dijo Funaro a los periodistas mientras avanzaba el recuento.
Sólo alrededor del 48% de los florentinos acudieron a las urnas para la segunda vuelta, continuando una larga tendencia a la baja de la participación electoral en Italia.
La alianza de centro-izquierda -impulsada por el Partido Democrático (PD)- también iba por delante en la ciudad universitaria central de Perugia, y también se había mantenido en Bari, la principal ciudad de la región meridional de Apulia, según mostraban los resultados casi definitivos.
Las segundas vueltas se celebraron en ciudades italianas con más de 15.000 habitantes en las que ningún candidato obtuvo más del 50% de los votos en la primera ronda. Involucraron a 14 capitales regionales y provinciales y la participación total rondó el 48%, según mostraron los datos oficiales.
Alrededor del 63% de las personas con derecho a voto emitieron su sufragio en la primera vuelta de los días 8 y 9 de junio, que se celebró junto con las elecciones al Parlamento de la Unión Europea, también marcadas por una baja participación récord.
