La empresa marroquí OCP planea invertir 7.000 millones de dólares en una planta de amoníaco que utilice hidrógeno verde, producido a partir de combustible renovable, según declaró a Reuters, ya que una de las mayores empresas de fosfatos y fertilizantes del mundo busca aumentar la producción y cumplir los objetivos de bajas emisiones de carbono.

OCP, de propiedad estatal, es uno de los mayores importadores de amoníaco, gastando 2.000 millones de dólares en la materia prima el año pasado, cuando la guerra en Ucrania hizo subir los precios mundiales.

El impacto de la guerra en los suministros también aumentó la importancia global de OCP y su impulso a las energías renovables es una parte importante de la estrategia industrial marroquí para reducir las importaciones de energía.

Para compensar los problemas de suministro, OCP ha llegado a un acuerdo para comprar amoníaco de Norteamérica este año, afirmó.

A más largo plazo, planea reforzar su cadena de suministro nacional, incluso mediante la construcción de una planta en Tarfaya, en el sur de Marruecos.

Para 2026, la planta produciría 200.000 toneladas de amoníaco al año, aumentando a 1 millón de toneladas para 2027 y a 3 millones de toneladas para 2032, dijo en una respuesta por correo electrónico a las preguntas de Reuters.

Su plan de utilizar hidrógeno producido a partir de electrólisis alimentada por energía solar y eólica como materia prima para fabricar amoníaco forma parte de una estrategia de 13.000 millones de dólares que la empresa anunció en diciembre para pasarse a las energías renovables.

Marruecos ha invertido mucho en energías renovables, en parte porque tiene mucho terreno baldío, sol y viento y una larga costa, pero también porque carece de petróleo o gas y mantiene una difícil relación con el vecino productor de hidrocarburos Argelia.

El gobierno quiere elevar la energía renovable al 52% de la capacidad eléctrica instalada desde el 38% en 2030 y también está impulsando un aumento de la desalinización para ayudar a las ciudades y a la agricultura a hacer frente al impacto de años de sequía.

La empresa estatal OCP ha dicho que planea depender por completo del agua desalinizada para las operaciones industriales en 2027 y declaró a Reuters que lanzará licitaciones a principios del próximo año para ampliar la capacidad de desalinización en Safi y Jorf Lasfar, en el Atlántico.

Su proyecto de Tarfaya incluye una planta desalinizadora alimentada con energía renovable con una capacidad de 60 millones de metros cúbicos al año para abastecer a las instalaciones industriales.

EXPANSIÓN EN ÁFRICA

El año pasado, la subida de los precios permitió a OCP registrar unos ingresos de 11.290 millones de dólares, un 40% más que en 2021, y el beneficio neto fue de 4.900 millones de dólares, un 38% más. Los beneficios han caído este año debido a la bajada de los precios, pero OCP espera que se recuperen en el segundo semestre.

"Aumentaremos nuestra producción para satisfacer el incremento de la demanda", declaró OCP, que posee las mayores reservas de fosfatos del mundo y tiene previsto aumentar su capacidad de producción de fertilizantes a 15 millones de toneladas este año y a 20 millones de toneladas en 2027.

La empresa ha prometido destinar 4 millones de toneladas de la producción de fertilizantes al mercado africano, donde ha creado unidades de mezcla y ha cartografiado la composición del suelo en 30 millones de hectáreas para ayudar a producir fertilizantes a medida.

Las inversiones de OCP en el África subsahariana en los últimos años, donde el suministro de fertilizantes es crucial para el desarrollo económico, reflejan la expansión de otras empresas marroquíes en el continente que ha servido para apuntalar un mayor compromiso diplomático.

OCP declaró a Reuters que iniciaría la producción en su planta de fertilizantes de Nigeria a finales de 2026 y que ese mismo año lanzaría una fase de preproducción en su planta de Etiopía. (Reportaje de Ahmed El Jechtimi; Edición de Angus McDowall y Barbara Lewis)