El vehículo "impactador" con forma de cubo, del tamaño aproximado de una máquina expendedora con dos paneles solares rectangulares, estaba en camino de volar hacia el asteroide Dimorphos, aproximadamente tan grande como un estadio de fútbol, y autodestruirse alrededor de las 7 p.m. EDT (2300 GMT) a unos 6,8 millones de millas (11 millones de km) de la Tierra.

El final de la misión pondrá a prueba la capacidad de una nave espacial para alterar la trayectoria de un asteroide con pura fuerza cinética, chocando con el objeto a gran velocidad para desviarlo lo suficiente como para mantener nuestro planeta fuera de peligro.

Se trata del primer intento mundial de modificar el movimiento de un asteroide, o de cualquier cuerpo celeste.

El DART, lanzado por un cohete SpaceX en noviembre de 2021, ha realizado la mayor parte de su viaje bajo la dirección de los directores de vuelo de la NASA, y el control se entregará a un sistema de navegación autónomo a bordo en las últimas horas del viaje.

El impacto previsto para el lunes por la noche será supervisado en tiempo real desde el centro de operaciones de la misión en el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel, Maryland.

El objetivo celeste de DART es un asteroide "lunar" de unos 170 metros de diámetro que orbita alrededor de un asteroide progenitor cinco veces mayor llamado Didymos como parte de una pareja binaria con el mismo nombre, la palabra griega para gemelo.

Ninguno de los dos objetos representa una amenaza real para la Tierra, y los científicos de la NASA dijeron que su prueba DART no puede crear un nuevo peligro existencial por error.

Dimorphos y Didymos son ambos diminutos en comparación con el asteroide cataclísmico Chicxulub que chocó contra la Tierra hace unos 66 millones de años, acabando con unas tres cuartas partes de las especies vegetales y animales del mundo, incluidos los dinosaurios.

Los asteroides más pequeños son mucho más comunes y suponen una mayor preocupación teórica a corto plazo, lo que hace que la pareja Didymos sea un objeto de prueba adecuado por su tamaño, según los científicos de la NASA y los expertos en defensa planetaria.

Además, su relativa proximidad a la Tierra y su configuración de doble asteroide los hacen ideales para la primera misión de prueba de concepto de DART, abreviatura de Double Asteroid Redirection Test.

MISIÓN ROBÓTICA SUICIDA

La misión representa un raro caso en el que una nave espacial de la NASA debe acabar estrellándose para tener éxito.

El plan es que DART vuele directamente contra Dimorphos a 15.000 millas por hora (24.000 kph), chocando lo suficientemente fuerte como para desplazar su trayectoria orbital más cerca de su asteroide compañero más grande.

Las cámaras del impactador y de una mini-nave del tamaño de un maletín lanzada desde el DART con días de antelación están diseñadas para grabar la colisión y enviar imágenes a la Tierra.

Se espera que la propia cámara del DART devuelva imágenes a razón de una imagen por segundo durante su aproximación final, y que esas imágenes se transmitan en directo por la televisión de la NASA a partir de una hora antes del impacto, según el APL.

El equipo de DART dijo que espera acortar la trayectoria orbital de Dimorphos en 10 minutos, pero que consideraría un éxito al menos 73 segundos, lo que demuestra que el ejercicio es una técnica viable para desviar un asteroide en curso de colisión con la Tierra, si es que alguna vez se descubre uno. Un pequeño empujón a un asteroide a millones de kilómetros de distancia podría ser suficiente para desviarlo con seguridad del planeta.

El resultado de la prueba no se conocerá hasta una nueva ronda de observaciones de los dos asteroides con telescopios terrestres en octubre. Los cálculos anteriores sobre la ubicación inicial y el periodo orbital de Dimorphos se confirmaron durante un periodo de observación de seis días en julio.

DART es la última de varias misiones de la NASA en los últimos años para explorar e interactuar con asteroides, restos rocosos primordiales de la formación del sistema solar hace más de 4.500 millones de años.

El año pasado, la NASA lanzó una sonda en un viaje a los cúmulos de asteroides troyanos que orbitan cerca de Júpiter, mientras que la nave espacial OSIRIS-REx está de regreso a la Tierra con una muestra recogida en octubre de 2020 del asteroide Bennu.

El lunar Dimorphos es uno de los objetos astronómicos más pequeños que ha recibido un nombre permanente y es uno de los 27.500 asteroides conocidos cercanos a la Tierra de todos los tamaños que la NASA rastrea. Aunque no se sabe que ninguno suponga un peligro previsible para la humanidad, la NASA estima que quedan muchos más asteroides sin detectar en las proximidades de la Tierra.

La NASA ha cifrado el coste total del proyecto DART en 330 millones de dólares, muy por debajo del de muchas de las misiones científicas más ambiciosas de la agencia espacial.