El índice compuesto de gestores de compras (PMI) de S&P Global, considerado un buen barómetro de la salud económica general, subió el mes pasado a un máximo de ocho meses de 52,0 desde los 50,3 de enero, un poco por debajo de la lectura preliminar de 52,3.

Febrero marcó su segundo mes consecutivo por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.

"Una rotunda expansión de la actividad empresarial en febrero ayuda a disipar los temores de una recesión en la zona euro, por ahora", declaró Chris Williamson, economista jefe de empresas de S&P Global.

"Hay claros indicios de que la confianza empresarial ha repuntado desde los mínimos registrados a finales del año pasado, impulsada por una menor preocupación por el mercado energético, así como señales de que la inflación ha tocado techo y los riesgos de recesión se han atenuado".

El índice de producción futura, un indicador del optimismo sobre el año que viene, subió hasta 61,2 en febrero desde 60,4, su lectura más alta en un año.

El PMI que cubre la industria de servicios saltó a 52,7 desde 50,8, justo por debajo de la lectura flash de 53,0.

La demanda repuntó y las empresas pudieron acumular trabajo por primera vez desde octubre. El índice de nuevas empresas rebotó hasta 52,2 desde 50,1.

Con una fuerte demanda, las empresas de toda la región volvieron a subir los precios, aunque al ritmo más lento en más de un año.

"Preocupa, sin embargo, que los signos de una persistente y elevada inflación de los precios de venta, combinados con la sorprendente resistencia de la economía, envalentonen al BCE hacia un endurecimiento más agresivo de la política monetaria, lo que supone un riesgo a la baja para el crecimiento de la demanda en los próximos meses", afirmó Williamson.

Otra subida de 50 puntos básicos del tipo de depósito del Banco Central Europeo este mes es un hecho, según los economistas encuestados por Reuters, que esperaban una subida adicional de 25 puntos básicos el próximo trimestre para dar un tipo terminal del 3,25%.