La inflación británica de los precios al consumo cayó menos de lo esperado en abril, lo que plantea nuevas dudas sobre los planes del Banco de Inglaterra de recortar los tipos de interés en los próximos meses, lo que daría un impulso al asediado primer ministro Rishi Sunak.

Los precios al consumo británicos subieron un 2,3% anual, por debajo del aumento del 3,2% registrado en marzo y su nivel más bajo desde julio de 2021, cuando se situaron en el 2,0%, según la Oficina de Estadísticas Nacionales.

El Banco de Inglaterra -que tiene un objetivo de inflación del 2%- y los economistas encuestados por Reuters habían previsto una caída mayor, hasta el 2,1%.

La inflación de los servicios, estrechamente vigilada por el BoE como indicador de la presión sobre los precios generada internamente, también fue más fuerte de lo esperado, situándose en el 5,9%. Las previsiones del BoE y el sondeo de Reuters habían apuntado a una lectura del 5,5%.

La libra esterlina subió tras conocerse los datos.