Se esperaba que el próximo sistema de fuertes aguaceros descargara de 15 cm (3 a 6 pulgadas) de lluvia sobre la región, causando potencialmente inundaciones repentinas dispersas y corrimientos de tierra en zonas donde el suelo ya estaba saturado, dijo el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en su pronóstico.

Gran parte de los dos tercios septentrionales de California, el estado más poblado de la nación, se encontraba el viernes bajo avisos de inundaciones, vientos huracanados y tormentas invernales, mientras los meteorólogos instaban a los residentes a prepararse para las inundaciones y a permanecer fuera de las carreteras.

Además de las fuertes lluvias, se esperaba que cayeran de uno a tres pies de nieve durante el fin de semana en las Sierras, donde se midieron acumulaciones de nieve de un pie a 18 pulgadas o más a principios de esta semana, dijo el servicio meteorológico.

El ominoso pronóstico llega tras una enorme tormenta del Pacífico que desató fuertes vientos, lluvias torrenciales y fuertes nevadas en toda la región durante dos días. Hasta el viernes por la mañana, unos 60.000 hogares y empresas seguían sin suministro eléctrico a causa del temporal, según datos de Poweroutages.us.

Los fuertes vientos arrancaron árboles, ya debilitados por la sequía y mal anclados en el suelo empapado por la lluvia, derribaron tendidos eléctricos y bloquearon carreteras en toda la región.

La tormenta fue impulsada por dos fenómenos superpuestos: una inmensa corriente aérea de densa humedad procedente del océano denominada río atmosférico, y un sistema de baja presión de gran extensión y fuerza huracanada conocido como ciclón bomba.

La ráfaga de clima invernal extremo marcó el tercer y más fuerte río atmosférico que golpea California desde principios de la semana pasada. Las investigaciones predicen que el cambio climático hará que los ríos atmosféricos sean más grandes y transporten más agua.

Al menos seis personas han muerto a causa del mal tiempo desde el fin de semana de Año Nuevo, entre ellas un niño pequeño que murió aplastado por una secuoya caída sobre una casa móvil en el norte de California.