Las inundaciones de noviembre en la Columbia Británica, donde las fuertes lluvias provocaron corrimientos de tierra y dejaron varadas a miles de personas, causaron la mayor cantidad de daños asegurados, con 515 millones de dólares canadienses. Le siguió una tormenta de granizo en Calgary que provocó inundaciones repentinas y condiciones peligrosas para la conducción, con 500 millones de dólares canadienses.

"En el mundo actual de fenómenos meteorológicos extremos, la nueva normalidad para las pérdidas catastróficas anuales aseguradas en Canadá ha pasado a ser de 2.000 millones de dólares canadienses, la mayor parte de ellos debidos a daños relacionados con el agua", declaró en el comunicado Craig Stewart, vicepresidente de asuntos federales del IBC, quien añadió que esta cifra se compara con una media de 422 millones de dólares canadienses al año entre 1983 y 2008.

Hizo un llamamiento al gobierno para que asigne una "financiación sólida" en el presupuesto federal de este año para poner en marcha una Estrategia Nacional de Adaptación que busque aumentar la resiliencia frente al impacto del cambio climático.

Los datos del IBC llegan tras un informe publicado el viernes por el Banco de Canadá y el regulador financiero del país en el que se afirmaba que retrasar las acciones para prepararse para la transición a una economía con bajas emisiones de carbono expone a las instituciones financieras y a los inversores a "pérdidas repentinas y cuantiosas."

(1 dólar = 1,2513 dólares canadienses)