Los datos muestran que los exportadores recurren cada vez más al mercado de swaps para convertir sus ingresos y remesas del extranjero en yuanes, en lugar de vender dólares directamente, ya que buscan una mayor rentabilidad de los dólares y esperan mejores tipos de cambio.
Un swap de este tipo implica que los exportadores entregan a los bancos sus dólares y reciben yuanes a través de un contrato que invierte la transacción al vencimiento.