A pesar de la reducción del ritmo de producción forzada por la crisis sanitaria, la empresa se embolsó unos ingresos de 112,8 millones de euros en el periodo enero-marzo, un 29% más que hace un año y la cifra más alta en los últimos tres años, según el informe de resultados publicado a última hora del miércoles en la web de la CNMV.

Así y con todo, Talgo señaló que la situación excepcional generada por la pandemia ha ralentizado la fabricación por ciertos retrasos en la cadena de suministro y por un menor ratio de productividad, si bien afirmó que su cartera de pedidos está asegurada.

La perspectiva no es tan promisoria en su actividad de mantenimiento, donde advierte de un impacto "elevado" y de una "falta de visibilidad en el corto plazo" ante la que la empresa ha decidido mantener el ERTE (expediente de regulación de empleo) a 313 de sus empleados hasta que se recupere la actividad normal.

El impacto de la crisis ya ha reducido en un 77% la actividad en España y la totalidad de la misma en Arabia Saudí, Kazajistán, EEUU y Uzbekistán, si bien en Alemania continúa con normalidad y en Rusia sólo ha acusado parcialmente los contratiempos de la crisis.

En los primeros tres meses del año el beneficio ajustado de Talgo sufrió un descenso del 28,8% con respecto a hace un año, hasta los 5,3 millones de euros, una cifra que no obstante refleja, según la empresa, la reducción en el volumen de avales y el menor coste de la deuda.

El beneficio operativo ajustado (EBITDA) del grupo a marzo fue de 14,8 millones de euros, un 5% inferior al de hace un año, con unos márgenes que reflejaron la situación extraordinaria provocada por el contexto coyuntural.

(Información de Darío Fernández; editado por Tomás Cobos)