Un grupo de trabajo internacional de 40 ejecutivos de empresas y finanzas presentó el lunes a las empresas unas directrices para explicar a los inversores su dependencia de los ecosistemas en un intento de gestionar mejor los riesgos relacionados con la naturaleza.

El Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera Relacionada con la Naturaleza (TNFD, por sus siglas en inglés) pretende reflejar un conjunto de normas mundiales respaldadas por el G20 para informar sobre los riesgos climáticos, con el fin de satisfacer la creciente demanda de información por parte de accionistas y reguladores sobre cómo las empresas afectan y se ven afectadas por el medio ambiente.

Tony Goldner, director ejecutivo del TNFD, dijo que aunque los riesgos del cambio climático han sido durante mucho tiempo el centro de atención de muchas empresas, se está empezando a considerar el estado más amplio de la naturaleza. "Estamos proporcionando una caja de herramientas", dijo Goldner. "Algunas empresas nos han dicho que sus estimaciones del riesgo de la naturaleza son mayores que sus riesgos climáticos".

Si se colapsan características de los ecosistemas naturales como la polinización y la absorción de gases por los árboles y las turberas, el Banco Mundial calcula que la economía mundial podría ser 2,7 billones de dólares más pobre en 2030.

Las directrices pretenden que las empresas informen sobre sus riesgos para la naturaleza de forma que reflejen sus informes financieros y económicos que durante décadas han formado parte de las operaciones corporativas habituales. Tanto el marco climático como el de la naturaleza instan a las empresas a elegir indicadores adecuados para medir, controlar e informar sobre sus riesgos.

Los riesgos climáticos y los relacionados con la naturaleza suelen estar estrechamente relacionados, afirmó Goldner.

"Tomemos el riesgo de incendios de matorrales para las empresas de servicios públicos californianas... está relacionado con el aumento de las temperaturas, pero la magnitud de la devastación sobre el terreno también suele estar vinculada a la erosión del suelo y a la falta de capacidad del suelo para captar agua", afirmó.

Apenas menos de la mitad de las 250 empresas más grandes del mundo informan sobre la pérdida de biodiversidad como un riesgo para su negocio, según descubrieron los consultores de KPMG en 2022, y añadieron que esperan que nuevas normas como la TNFD mejoren la divulgación.

Las 14 recomendaciones lanzadas el lunes incluyen la descripción de los riesgos y oportunidades relacionados con la naturaleza para los modelos de negocio, y la explicación del papel de la dirección a la hora de evaluarlos y gestionarlos.

Entre los miembros del grupo de trabajo se encuentran representantes de BlackRock, HSBC y Tata Steel. Recibe financiación de gobiernos, Naciones Unidas y fundaciones filantrópicas. (Reportaje de Isla Binnie; edición de Timothy Gardner)