Entre los beneficiarios directos de esta megatendencia -que, según están convencidos los equipos de MarketScreener, aún está en pañales-, y aparte de los grandes grupos tecnológicos estadounidenses y los fabricantes de semiconductores, el estudio menciona a dos especialistas franceses en material eléctrico: Legrand y Schneider

Esto nos da la oportunidad de resumir el rendimiento  económico de estos dos campeones industriales durante el último ciclo de diez años, es decir, el período 2014-2023, que comienza con el final de la crisis del euro y termina con un cambio en la política monetaria. Como sabemos, tanto Legrand como Legrand se han comportado muy bien en bolsa entretanto.

En el caso de Legrand, este récord es ampliamente merecido, dado el rendimiento satisfactorio y constante de la empresa, con márgenes perfectamente estables y un sólido rendimiento de los fondos propios de entre el 15% y el 20% anual, sin un uso especialmente pronunciado del apalancamiento.  

En la última década, la tasa de crecimiento anual de las ventas ha sido del 7%, y la del flujo de caja libre "Free Cash Flow" por acción, del 11%. La asignación de capital está perfectamente equilibrada: la mitad de los 9.000 millones de euros de flujo de caja libre generados durante el periodo se devuelve a los accionistas y la otra mitad se destina al crecimiento externo. 

En general, el rendimiento de la inversión obtenido con estas adquisiciones es sumamente satisfactorio: difícil de cuantificar, pero sin duda bien anclado en un territorio de dos dígitos y posiblemente superior al 15%. Sin duda, muy bueno.

Schneider, por su parte, partía de una base mucho más elevada, puesto que hace diez años el grupo quintuplicaba ya las ventas de Legrand. Por tanto, se enfrenta a la inevitable ley de la disminución del rendimiento de las inversiones debido al efecto de masa. 

En la última década, la tasa de crecimiento anual de las ventas ha sido del 4%, y la del flujo de caja libre por acción, del 7%. El periodo también se ha caracterizado por cambios significativos en el alcance, con una sucesión de adquisiciones y cesiones. 

Durante un tiempo, pudimos deplorar los modestos resultados de la estrategia de crecimiento externo de Schneider, que, como en Legrand, consumía alrededor de la mitad de los beneficios generados. Sin embargo, hay que admitir que esta estrategia se ha recuperado en los tres últimos años, como lo demuestra la notable mejora de la rentabilidad. 
 
Los accionistas con visión de futuro no habrán hecho mal en armarse de paciencia y dar tiempo al tiempo. Tras unos años de incertidumbre, se han visto ampliamente recompensados cuando el mercado ha tomado nota de estos progresos, como demuestra la explosión de la cotización en los últimos trimestres.  
 
En términos de valoración, los dos grupos han cotizado históricamente a múltiplos comparables, en torno a x23-x24 sus beneficios. Es interesante observar que Legrand gozaba antes de una cierta prima de valoración con respecto a Schneider, sin duda debido a su mejor rentabilidad y potencial de crecimiento, que el mercado percibía como superiores. 
 
Esta dinámica se ha invertido en los últimos trimestres, con Schneider cotizando ahora a treinta veces los beneficios, mientras que Legrand se mantiene en su media histórica. Parece que, esta vez, los inversores valoran más el efecto de masa.