En una carta, dirigida también a los ministros británicos de Sanidad, Comercio, Empresa y Asuntos Exteriores, los científicos piden a Johnson que apoye el acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los funcionarios británicos se han mostrado escépticos sobre la utilidad de las exenciones, pero afirmaron estar abiertos a mantener conversaciones con Estados Unidos y otros miembros de la OMC tras la presión ejercida por las organizaciones benéficas y los llamamientos de los países en desarrollo para hacer frente a la inequidad de las vacunas.

"La crisis planteada por la variante Omicron es una cruda advertencia de los peligros que entraña la desigualdad mundial en materia de vacunas", decía la carta firmada por unos 300 expertos en epidemiología, salud y enfermedades infecciosas.

"La pandemia no se detiene en la frontera del Reino Unido".

Los expertos también instaron a Gran Bretaña a persuadir a las empresas farmacéuticas para que compartan su tecnología y conocimientos con la Organización Mundial de la Salud con el fin de acelerar el suministro de vacunas a los países de ingresos bajos y medios y evitar nuevas variantes del coronavirus.

El Omicron, que se identificó por primera vez en el sur de África y en Hong Kong, se está propagando mucho más rápidamente que las variantes anteriores del coronavirus y no es probable que ayude a los países a alcanzar la llamada inmunidad de rebaño contra el COVID-19, según los principales expertos en la enfermedad.