RAFAH, Franja de Gaza, 7 dic (Reuters) - Los gazatíes desplazados que se refugiaban en el patio de una escuela de Rafah recurrían a medidas desesperadas, como diluir la leche en polvo infantil con más agua o dar a los niños una comida al día porque no hay alimentos suficientes para todos.

En el extremo sur de Gaza, en la frontera con Egipto, la zona de Rafah es la única de todo el enclave palestino que ha recibido entregas limitadas de ayuda en los últimos cuatro días, informó el jueves la oficina humanitaria de la ONU.

Pero todavía no hay comida suficiente para todos y los padres dicen que sus hijos están enfermando y perdiendo peso.

Sentado en una colchoneta frente a la tienda de su familia en un campo de desplazados improvisado, Zakaria Rehan sostenía a su bebé, Yazan, y un biberón con una pequeña cantidad de líquido.

"Esto es básicamente agua con una cucharada de polvo, incluso menos que una cucharada, cualquier cosa para que huela a leche, sólo para que pueda engañarle y hacerle creer que es leche y así pueda beberla", dijo Rehan. "Pero no es sano, no le aporta nada".

Rehan dijo que todas las familias del campamento se enfrentaban a una lucha diaria para encontrar comida y un medio para cocinarla. Incluso comió judías crudas de una lata de ayuda porque no había combustible para el fuego.

"Sí, llega ayuda, pero no es suficiente. No es suficiente para todas las familias. Hay una lata de alubias o de carne para 10 personas. Incluso si una persona come esto sola, no se saciaría".

La escasez de alimentos ha sido un problema durante los dos meses de guerra entre Israel y Hamás, pero ha empeorado desde el final de una tregua de una semana el 1 de diciembre, ya que ha disminuido el número de camiones de ayuda que entran desde Egipto y la distribución se ha visto dificultada por los intensos combates, incluso en el sur de Gaza.

ÚNICA COMIDA DEL DÍA

En otra tienda del campamento escolar de Rafah, tres niños comían arroz de una sola sartén. Su madre, Yosra al-Deeb, dijo que no habría nada más durante el resto del día.

"Los niños duermen con hambre y se levantan con hambre. Les preparé una comida, y esa es la única comida que tienen en un día, el resto del día no comen", dijo, mostrando su rabia y agotamiento en el rostro.

"En casa les daba una comida nutritiva y nunca enfermaban. Pero aquí, siempre están enfermos, todos los días tienen gripe estomacal", dijo.

En otra parte del campamento, Naji Shallah había cortado unos tomates y un pimiento verde y se disponía a cocinarlos en una sartén pequeña. También él dijo que ésta sería la única comida del día para sus hijos.

"Si pudiera encontrar pan para mis hijos, sería como tener una libra de oro", dijo, añadiendo que estaban deshidratados por falta de comida y agua y que uno de sus hijos había perdido mucho peso.

"Y si consigo pan, sólo puedo darle a mi hijo media hogaza, porque si se la come entera, no comería el día siguiente"

(Redacción de Estelle Shirbon; Editado en español por Javier López de Lérida)