Ella le dijo que prefería quedar en un espacio público en lugar de en su casa. Pero mientras esperaba en su punto de encuentro en Johannesburgo se detuvo un coche sin matrícula y un hombre armado se bajó y la obligó a subir al vehículo.

Mabezane dijo que la llevaron a un edificio abandonado donde sus secuestradores le exigieron que llamara a unos amigos y les pidiera que le enviaran dinero, según declaró a Reuters. Una de las personas a las que llamó, que es curandera tradicional, consiguió persuadir a la banda para que la dejaran marchar sin pedir rescate después de retenerla durante varias horas.

Mabezane no denunció el incidente porque temía que no la creyeran.

Tinder afirmó que anima a los usuarios a denunciar cualquier delito a las fuerzas de seguridad locales, y que cuenta con un equipo especializado que cooperaría con ellas para ayudar a hacer justicia. También dijo que proporciona mecanismos de denuncia a través de la app y que trabaja para detectar indicios de fraude y revisar los perfiles sospechosos.

"La seguridad de nuestros miembros es de la máxima importancia", afirmó un portavoz de Tinder.

Casos como el de Mabezane van en aumento en Sudáfrica y han suscitado un debate sobre cómo proteger a los usuarios de las aplicaciones de citas de los secuestros y las extorsiones. La policía y los activistas afirman que las personas LGBT+ son a menudo el blanco del odio y la intolerancia.

"El SAPS (Servicio de Policía Sudafricano) ha observado una tendencia en la que los autores atacan a personas desprevenidas en las redes sociales, incluidas las aplicaciones de citas", declaró Athlenda Mathe, portavoz nacional del SAPS.

"Hemos detenido y desmantelado algunos sindicatos [bandas] que tenían como objetivo a la comunidad gay y lesbiana", afirmó Mathe.

Vision Tactical, una empresa de seguridad local, ha pedido que se prohíba la aplicación de citas Grindr en Sudáfrica debido al "alarmante aumento" de incidentes en los que hombres homosexuales han sido atraídos a lugares donde fueron agredidos físicamente, robados y retenidos como rehenes, según declaró.

"Nos enfrentamos a un sindicato que está secuestrando a tres o cuatro personas por noche", declaró el director de Vision Tactical, Yaseen Theba, citando un estudio que la empresa realizó durante seis meses.

En un caso destacado de septiembre, un estudiante de 18 años fue secuestrado en Johannesburgo tras conocer a alguien en Grindr. Más tarde fue rescatado y siete sospechosos detenidos, según la policía.

"En Grindr somos muy conscientes de esta situación tan preocupante", declaró a Reuters un portavoz de la empresa, refiriéndose a los secuestros de personas que habían utilizado la aplicación para concertar encuentros.

Grindr ha integrado una serie de funciones de seguridad en la aplicación, como una función de videollamada que permite parcialmente a los usuarios verificar que la persona con la que están hablando es la que dice ser antes de quedar, y ha emitido una advertencia de seguridad que los usuarios de Sudáfrica reciben a diario. "Seguimos explorando nuevas soluciones a esta crisis con socios locales", declaró el portavoz.

Algunos activistas afirmaron que prohibir Grindr marginaría aún más a la comunidad LGBT+.

"No creo que sea necesario (que se prohíba Grindr). Eso significa que las personas heterosexuales pueden utilizar estas aplicaciones, y pueden pasar buenos ratos y buenos momentos encontrando el amor, pero porque eres marica u homosexual no puedes", afirmó Mabezane, víctima de un secuestro. "Ahí hay un problema de igualdad".