Una semana antes de la votación del 10 de abril, Macron se encuentra a la defensiva, con la líder de extrema derecha Marine Le Pen remontando en las encuestas y con la carrera apretada entre los dos favoritos para la crucial segunda vuelta del 24 de abril.

"Miren lo que pasó con el Brexit, y con tantas otras elecciones: lo que parecía improbable realmente sucedió", dijo Macron a una multitud de partidarios que agitaban la bandera. "Nada es imposible".

"El peligro del extremismo ha alcanzado nuevas cotas porque, en los últimos meses y años, se ha normalizado el odio, las verdades alternativas", dijo. "Nos hemos acostumbrado a ver en los programas de televisión autores antisemitas y racistas".

Aunque todavía se proyecta que ganará un segundo mandato, Macron ha perdido terreno en las encuestas, una caída que algunos colaboradores atribuyen a un manifiesto que incluye medidas duras y conservadoras, como el aumento de la edad de las pensiones estatales a los 65 años.

Otros también han criticado una campaña que empezó tarde y a la que le faltó "magia".

Después de una entrada como de estrella de rock en el escenario de un estadio con 35.000 asientos en las afueras de París, Macron comenzó su discurso de dos horas con una larga lista de logros y promesas de crear puestos de trabajo en hospitales y residencias de ancianos, en un claro intento de convencer a los votantes de centro-izquierda que, según los encuestadores, podrían abstenerse.

"Nuestras vidas, sus vidas, valen más que los beneficios", dijo a la multitud, robando un conocido eslogan anticapitalista. También pidió un aplauso para los profesores y las enfermeras.

Sin embargo, se mantuvo fiel a su programa reformista, diciendo que los franceses tendrán que trabajar más tiempo para pagar estas medidas, porque se negó a subir los impuestos y a aumentar una pila de deuda pública que se ha disparado hasta el 102% del PIB durante la pandemia.

"No oculto que habrá que trabajar más", dijo Macron, atacando a contendientes como Le Pen y el candidato de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon, que han prometido reducir la edad de jubilación a los 60 años.

"No crean a los que dicen que van a recortar la edad de jubilación a 60 o 62 años y que todo irá bien. Eso no es cierto", añadió.

Al mitin de unos 30.000 simpatizantes -que casi alcanzó el aforo completo del recinto- asistieron ex primeros ministros de izquierdas y de derechas y otros grandes del partido. Sin embargo, un simpatizante preguntado por Reuters consideró que el discurso era decepcionante.

"Es un discurso que muestra que quiere explicar lo que hará, pero le faltó inspiración", dijo Martin Rochepeau, un estudiante de 22 años.