Por David Ljunggren, Michel Rose, Allison Lampert y Tim Hepher

OTTAWA/PARÍS (Reuters) - El presidente de Francia, Emmanuel Macron, intervino personalmente para persuadir al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, de que eximiera a Airbus y otras empresas aeroespaciales de las sanciones sobre el titanio ruso, según tres personas familiarizadas con el asunto.

La delicada solicitud se hizo durante una llamada telefónica entre los dos líderes en marzo, semanas después de que Canadá rompiera filas con los aliados e impusiera las sanciones sobre el metal estratégico, alarmando a Airbus, con sede en Francia, y a otros que aún dependen de los suministros rusos en plantas ubicadas en Canadá o en otros lugares.

Una fuente cercana al líder francés dijo que Macron había hecho un "esfuerzo significativo" para convencer a Trudeau de que concediera una exención para las empresas europeas.

"Se pasaron muchos mensajes a todos los niveles", agregó la fuente, refiriéndose a una amplia presión diplomática e industrial.

Una fuente canadiense familiarizada con el asunto dijo que Macron planteó el tema en una llamada con Trudeau el 29 de marzo, en vísperas de una visita del primer ministro francés, Gabriel Attal, quien también abordó la cuestión cuando estuvo en Canadá.

Al menos otro gobierno europeo también apoyó el esfuerzo de presión, según otra fuente.

En un principio, Ottawa se mantuvo firme, pero a los pocos días modificó su política concediendo exenciones a Airbus y a otras empresas. La rebaja, de la que informó Reuters, desencadenó una disputa política sobre la política de sanciones y suscitó las críticas del embajador de Ucrania.

"No fue fácil conseguir el levantamiento de las sanciones. Creo que si el Gobierno francés no las hubiera planteado continuamente a ese nivel, nos habríamos mantenido bastante firmes", dijo la fuente canadiense.

Las oficinas de ambos dirigentes declinaron hacer comentarios y Airbus dijo que estaba "cumpliendo todas las sanciones aplicables relacionadas con Rusia".

Las fuentes hablaron bajo condición de anonimato debido a lo delicado del asunto.

SORPRENDIDOS CON LA GUARDIA BAJA

La lucha de alto nivel para mantener el flujo de titanio ruso pone de relieve lo difícil que les está resultando a los países occidentales castigar a Rusia por su guerra contra Ucrania sin dañar las cadenas de suministro de las industrias que necesitan planificar con años de antelación.

La empresa estatal rusa VSMPO-AVISMA es históricamente el mayor productor de titanio de calidad aeroespacial, cuya resistencia y ligereza lo hacen ideal para componentes que soportan mayor castigo, como piezas de motores y trenes de aterrizaje de grandes reactores.

Está resultando difícil que el sector supere la dependencia del titanio ruso, y de otros minerales críticos producidos en países como China.

"El problema es que una nueva fábrica de titanio... tarda años en construirse y podría tardar uno o dos años en obtener la certificación", dijo Kevin Michaels, director gerente de AeroDynamic Advisory.

Aunque Occidente ha endurecido las sanciones contra Moscú, ha evitado bloquear el acceso a las aleaciones y piezas forjadas de VSMPO por temor a perjudicar a su industria aeroespacial.

La inesperada decisión de Canadá de prohibir las importaciones de VSMPO coincidió con el segundo aniversario de la invasión de Ucrania por Moscú y pilló desprevenida a la industria aeroespacial.

Las tensas llamadas a Ottawa empezaron "inmediatamente, literalmente el mismo día", dijo una segunda fuente canadiense.

Airbus se encontró en primera línea. Todos los trenes de aterrizaje de su avión A350-1000 salen de una única fábrica en Ontario.

"Airbus fue una de las grandes voces que ejerció presión, y lo hizo también a través del Gobierno francés", explicó la primera fuente canadiense. Las autoridades francesas y de Airbus declinaron hacer comentarios.

La decisión de Canadá se propagó por la cadena de suministro.

EFECTO DOMINÓ

El gigante aeroespacial estadounidense RTX es responsable de la construcción del tren de aterrizaje del A350-1000 a través de su filial Collins Aerospace en la planta de Oakville, a las afueras de Toronto.

Ante la decisión de Ottawa de prohibir el titanio ruso, Collins detuvo los envíos de materia prima, dijeron las fuentes.

RTX declinó hacer comentarios. En abril asumió un cargo de 175 millones de dólares para cubrir nuevos suministros, en parte relacionados con las sanciones canadienses.

Las sanciones de Canadá también podrían haber perjudicado al rival de Airbus, Boeing, pero el fabricante de aviones estadounidense se libró de la interrupción gracias a una exención separada concedida al proveedor de equipos francés Safran, dijeron fuentes de la industria.

Boeing anunció en marzo de 2022 que había dejado de comprar titanio directamente a Rusia y, en general, se considera menos expuesto a este tema políticamente delicado que su rival europeo.

Pero, al igual que Airbus, Boeing compra trenes de aterrizaje fabricados en Canadá para su 787 Dreamliner. Dos fuentes del sector afirmaron que la planta del área de Toronto, dirigida por Safran, sigue dependiendo del titanio VSMPO mientras la empresa desarrolla nuevas fuentes en Europa.

Safran comunicó el mes pasado que había obtenido una exención de las sanciones canadienses, una medida que, según los expertos en la cadena de suministro, le permitiría mantener el suministro de trenes de aterrizaje del 787 a Boeing.

Safran declinó hacer más comentarios.

Boeing remitió las preguntas sobre la exposición rusa de los subcontratistas a sus proveedores.

"Boeing actualmente se abastece de titanio predominantemente en los EEUU... y seguimos tomando medidas para garantizar la continuidad a largo plazo", dijo un portavoz.

Airbus, que dijo en diciembre de 2022 que abandonaría el titanio ruso en "meses, no años", dijo que estaba trabajando intensamente para reducir la dependencia, pero se negó a dar una fecha objetivo.

"Esto ya está en marcha y se está llevando a cabo lo más rápidamente posible", dijo un portavoz.

Canadá no ha dicho cuándo expirarán las exenciones, pero una persona familiarizada con el plan dijo que daba tres años a la industria. Ucrania ha instado a los países occidentales a endurecer sus sanciones.

Algunos temen que la disputa con Canadá pueda agravar otro dilema para las empresas aeroespaciales: las quejas contra las sanciones ponen de relieve su dependencia para materiales estratégicos de los países exportadores, que a su vez podrían utilizar ese poder para devolver el golpe a Occidente.

China declaró el jueves que controlaría las exportaciones de algunos componentes sensibles para la aviación y el espacio a partir del 1 de julio.

(Información de David Ljunggren en Ottawa, Allison Lampert en Montreal, Michel Rose y Tim Hepher en París; redactado por Tim Hepher; editado por Joe Brock y Mark Potter; editado en español por Javi West Larrañaga)