La ley firmada por el presidente Muhammadu Buhari el pasado agosto contiene una disposición para la eliminación de las subvenciones al combustible en un plazo de seis meses.

Sin embargo, los sindicatos han rechazado la subida prevista por el gobierno de los precios en los surtidores, amenazando con protestas en todo el país e instando a las autoridades a acelerar las obras de modernización de las cuatro refinerías del país, cuyo mantenimiento ha sido deficiente durante décadas.

Muchos consideran que los bajos precios de la gasolina son una de las pocas ventajas de vivir en un país petrolero donde el soborno y la ineficacia están arraigados. Nigeria, el mayor exportador de petróleo de África, importa sin embargo prácticamente todo su combustible, un punto delicado para su gobierno.

"Se ha acordado prorrogar el periodo de aplicación de la supresión de la subvención", declaró Timipre Sylva a la prensa en Abuja, añadiendo que el parlamento deberá aprobar la prórroga y modificar la ley.

En noviembre, el gobierno dijo que el subsidio se eliminaría a mediados de 2022 y se sustituiría por 5.000 nairas (12 dólares) en pagos mensuales para hasta 40 millones de personas, atendiendo a la petición del Banco Mundial de suprimir el pago para recortar su déficit, previsto en el 3,42% del producto interior bruto este año.

Sylva afirmó que el gobierno no estaba "contemplando la posibilidad de eliminar los subsidios al combustible", tras una reunión con Buhari, que también es ministro de Petróleo.

El Congreso Laboral Nigeriano, que representa a millones de trabajadores, dijo en un comunicado que ha suspendido una protesta prevista para esta semana y el 1 de febrero, tras el cambio de política.

Con unas elecciones presidenciales previstas para principios del próximo año, la eliminación del subsidio habría sido una medida políticamente delicada, que podría echar más leña al fuego a la inflación de dos dígitos del país, que limita lo que el gobierno puede hacer para apoyar la economía.

La ministra de Finanzas, Zainab Ahmed, declaró el lunes que las subvenciones a la gasolina le costaban a Nigeria hasta 7.000 millones de dólares al año, pero que el gobierno había decidido suspender su eliminación porque el momento era "problemático" en medio de la creciente inflación.

Los anteriores intentos de eliminar las subvenciones fracasaron debido al malestar social.