El atractivo de los centros financieros estadounidenses

Como era de esperar, en tiempos de incertidumbre, lo mejor es recurrir a Estados Unidos. Las bolsas de Nueva York rebosan de capital y de personas que asumen riesgos, más propensas a impulsar una start-up en el mercado bursátil. Por eso, muchas empresas europeas optan por cruzar el Atlántico. Hace poco hablamos de ello aquí. 

El entorno económico

La inflación galopante y, sobre todo, las sucesivas subidas de tipos del Banco Central Europeo también han contribuido a enfriar los mercados. Los capitales captados (un 42% menos que en el primer semestre de 2022) dan fe de la prudencia de los gestores. Sin embargo, este fenómeno también se observa en Estados Unidos, donde el número de OPV y los volúmenes son los más bajos desde 2015. 

Un efecto bola de nieve

Los mercados europeos, ya acusados regularmente de una falta de competitividad estructural, también luchan por recuperar su reputación. Las últimas salidas a bolsa han carecido de lustre, lo que ha disuadido a posteriores inversores y proveedores de fondos. Por ejemplo, CAB Payments, la última empresa en cotizar en Londres, perdió un 10% en su primer día de cotización.

¿Cómo podemos invertir la tendencia?

Reforma parece ser la palabra clave. Simplificar el proceso de cotización y flexibilizar las normas, animar a los más grandes (fondos de pensiones) a asumir riesgos y promover las pequeñas empresas de la región haciéndolas más visibles son algunas de las primeras armas que esgrimen los responsables políticos para intentar frenar el declive. Nos vemos a finales de año para hacer balance de la situación.